miércoles, 3 de diciembre de 2008

Dormida



La respiracion calma, cada suspiro que escucho es un rezo mío de eternidad. Te admiro cada instante.
La quietud de tu cuerpo me permite por las noches disfrutar cada centimetro, cada milimetro, cada poro de tu piel tersa. Te acaricio cuanto puedo, frente a frente, respirando el mismo y afortunado aire que entra y viaja por tan perfecto templo y sale nuevamente entristecido por tener que dejarte.

Tus curvas en la noche, a la luz de la velas, son como el viaje, que tanto ansío, a los paisajes y naturaleas mas bellos del planeta. Llanuras deliciosas para posarse y descansar al sol de tus ojos. Tus cabellos salvajes son como los árboles de las montañas en otoño, acariciando el viento y siguiendolo como un maravilloso vals entre dos amantes.
Tu cola, en nombre de la perfeccion, hace en las sombras de la noche el giro más intrépido de la habitación. Despierta en mi, en tu dormir, un torbellino ardiente de pasión y deseo que sólo se detiene en consciencia cuando ya no puedo contener el sueño y mis apesadumbrados párpados caen por fin rendidos, dandole paso a reencontrarte otra vez pero en mis fantasías mas locuaces e impúdicas.
Siento a veces que dormir es como perderme esas horas de vos. Quiero verte, sentirte, olerte, escucharte y hasta saborearte en todo momento y durmiendo solo puedo sentirte cuando nos abrazamos en medio de la oscuridad.
Tus labios en penumbras son el blanco de los míos que como dardos se quieren clavar sin ya poder despegarse más.
Tu piel me invita, me obliga a acariciarla cuanto pueda. Me siento como un niño que todo lo quiere tocar. Y es que no lo puedo evitar. Acariciarte es tocar el cielo con las manos, es poner las manos en el fuego mismo pero sin quemarse. Es como nadar en un oceano interminable de placer. Es como patinar, como volar, como deslizarse lentamente y cuasta abajo sobre las hierbas suaves de una pradera. Pendiente sin fin en la que no me puedo detener jamás.
Ahora espero impaciente la llegada del día, para disfrutar tambien de tus palabras, de tu cuerpo en movimiento, de tus abrazos apretados, de tu mente, de tus ganas, de tu sexo.
Ahora espero como siempre el próximo minuto de vida para seguir disfrutando de vos. Para seguir amandote locamente, apasionadamente. Ahora espero para seguir amandote despierta o así, como ahora, DORMIDA!

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