jueves, 27 de julio de 2023

AMERI-K INVITA

 

AMERI-K INVITA


No todo es sexo. ¿O sí?
Una noche de verano, el reconocido boliche porteño Ameri-k, fue mi recinto donde encontrar la música y la libertad de moverme a diestra y siniestra sin que nada me importe.
Creo que esa noche pasaba música un tal Aldo Haydar y fue fiesta de principio a fin.
Subido al parlante, a las tarimas, en la pista, en todos lados me dedique a cerrar los ojos y conectar con la música bailando.
La conexión fue tal que se ve que atraje miradas. Recuerdo bailar en sandwichito entre dos chicos, entre dos chicas, me reía con desconocides y hasta nos hemos pasado hielito de boca en boca vaya uno a saber con cuánta gente.


De repente, bailando en la punta del escenario, se me acerca una diosa total (o el alcohol me hizo verla asi). Ella, delgada pero no demasiado, curvilínea, morocha, bien maquillada, su rostro brillaba y tenía una estrella pegada en el pómulo. Pelo lacio, largo por la cintura, atado firme y tirante desde la cabeza y suelto abajo. Pollera bien corta y sexi y blusa blanca pupera. En otro momento me hubiese derretido de solo verla, pero tan concentrado en bailar, no la había visto.
Pero, sorpresivamente, ella no estaba sola.
A mis jóvenes 25 años, lo que sigue a continuación, conmovió cual sacudón lo que quedó de la noche, sino más aún.
Se acercó toda seductora, casi rozando sus labios carnosos con los míos. Mirada intensa. Violaba mi boca con su sola mirada. Entre en su juego, bailamos 5 minutos y como haciendo un gesto de afirmación, le dio paso a su amigo.
Sí, un flaquito de no más de 20/22 años comenzó a bailar con nosotros. Jean ajustado al cuerpo y remera a la moda.
El atrás, ella adelante, amagando a besarme todo el tiempo, jugamos un juego de seducción de a 3 que jamás olvidaré.
Después de un breve rato, y tras solo bailar, ella me encara y al oído me dice:
-"me muero por besarte, pero amigo también. Si lo besas a él, te juro que te como la boca."-
Ahí? Adelante de todo el mundo? ¿En el medio del escenario y con algún amigo hetero dando vueltas que pudiese ver?
Un calor volcánico recorrió mi espalda y me tome un minuto para pensarlo. A mí me gustaba ella...
Pero igual la propuesta generó mucho morbo.
En cuestión de un instante nos encontramos con él chapando cual novios en el primer mes de noviazgo.
Ahora, ella de atrás me apoyaba como si tuviese el más grande y bello arnés mientras bailaba y me besaba con él. Podía sentir sus besos en el cuello y sus manos en mi cintura. Juro que escuche los gritos de su grupo de amigos que estaban abajo del escenario y me sonroje como nunca. Mi pantalón se llenó de una erección brutal que él se dedicó a sentir de frente. En ese momento, la diosa en cuestión me toma de la mano y nos lleva lejos de ahí. Atrás de unas cortinas, en un especie de pasillo que hay al costado del boliche. Una vez allí, por fin, pude degustar esos labios suaves, dulces, pintados de rojo intenso y su lengua sabor a vino espumante.
Fue allí, sentados los tres que nos fundimos en choques de lenguas y labios y manoseos por debajo de la ropa. Aún recuerdo el miembro largo pero delgado de él, apoyándome de atrás cuando contra los asientos ella se puso como en cuatro esperando mi embestida.
Fue en ese momento que, sacando un preservativo de su bolsillo, me pidió que la penetre. Ahí bien a oscuras y a punto caramelo, pudimos sentirnos con solo correr su bombacha. Él, delante, sentado en el respaldo del sillón, nos dio su miembro en la boca a ambos y chupamos juntos hiper excitados. No sé cómo hizo para tener tan buen gusto. Bailando. Transpirados. Creo que se lavó antes pensando en lo que iba a hacer. Sino no hubiese podido hacer lo que hice. Pero no lo pensé y fue todo perfecto.
Duró poco, pasaban personas de seguridad cada tanto molestando e interrumpiendo los raptos de amor ajenos.




Pero pudimos seguir. Y mientras ella sostenía la complicada pose giro la cabeza y me pidió al oído que lo coja a él.
Como no complacerla? Si fue ella quien vino con una de las propuestas más bellas y osadas de mi vida.
Cambiamos el profiláctico, y con ella atrás acariciando mis testículos y mi cola, procedí al placer sin preguntar. Entre y salí de él con una mano en su cintura y la otra tomándolo del pelo. Los labios de ella y sus manos nos tocaban a ambos mientras agarraba el tronco de mi pene desde su base.
Ella nunca dejo de jugar. De dominar y dominarnos a placer y obtuvo cada morbo y gusto que se quiso dar para el lugar en el que ocurrieron las cosas.
Él, se masturbaba fuerte como para no perderse de poder acabar en caso que nos interrumpan.
Pero por suerte no pasó. Mi cola, expuesta totalmente, era manoseada por ella como quien amasa ñoquis. Sentía tanto placer que mi pene vibraba como eléctricamente dentro de su amigo que en un abrir y cerrar de ojos inundo la funda del sillón a puro grito ligeramente tapado por la música.
En ese instante y a punto de acabar, él se puso de frente a mi, se arrodilló, quitó el preservativo y me hizo explotar en su boca mientras ella miraba y acompañaba con sus intrépidos besos y lamidas.
Ni una gota derrame de mi placer fuera de sus fauces voraces.
Ni un poquito le dejo a las ganas de ella. Aunque, no había lugar a mucho más.
Nos acomodamos la ropa a carcajada limpia, sudados y desprolijos. Nos sentamos, nos besamos los tres cuasi románticamente, y ella me dice al oído: -"La próxima, te coje el a vos"-.
Jajaja! Que hdp!!! Otra vez una erección padre.
Que poder que tiene ésta mujer!!!

Pensé yo!

Lo malo?
No hubo una otra vez.
No pedí un número, no pedí un mail. Dormimos los tres.

O en realidad no.








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