Ya no había casi luz afuera.
La temperatura era la justa. Ni más, ni menos de la que queríamos que hiciera.
Los dos, abrazados, acariciándonos, fijábamos entre silencios y susurros nuestras miradas en el otro.
La temperatura era la justa. Ni más, ni menos de la que queríamos que hiciera.
Los dos, abrazados, acariciándonos, fijábamos entre silencios y susurros nuestras miradas en el otro.
Nos regocijábamos con nuestros
besos interminables de siempre. Nos disfrutabamos románticamente!
El living de la casa, con su tenue luz de un viejo velador con forma de palo borracho, era nuestro nido en ese momento. La puerta de la habitación nos llamaba constante, más a mi incluso que a vos. Es que algo en mì moría de deseos.
El living de la casa, con su tenue luz de un viejo velador con forma de palo borracho, era nuestro nido en ese momento. La puerta de la habitación nos llamaba constante, más a mi incluso que a vos. Es que algo en mì moría de deseos.
Nuestro sigilo verbal era
interrumpido por mis susurros, cada tanto.
-"Te amo!
Qué lindo es estar con vos, así,
abrazados!"- Le dije.
Pero que difícil se me hacía
esa situación. Ya lo habíamos hablado varias veces. No sabíamos cómo llevar
adelante este momento. Yo quería que te sientas cómoda, segura, amada,
protegida! Siempre lo hice, siempre lo seguiré haciendo!
Al oído te pregunté si estabas
segura, si aún querías hacerlo y me contestaste con la voz sedienta de pasión,
tus ganas de descubrir tu sexualidad y esa nueva etapa de tu vida... -
"Sí, muero de ganas"-
Te abracé fuerte, contento y
muy excitado. Te bese, me apoderé de tus tiernos y carnosos labios, me adueñe
de tu lengua y jugué con ella. Bese tu cuello. Lo sentí sabroso y perfumado!!
El aroma de tu piel, perfume
del olimpo, me enloquecía!!
-"Tranquila mi amor!! Esta
noche será única, inolvidable y si algo no te llegara a gustar, yo dejare de
hacerlo. Y si algo te da vergüenza, tratare de calmarte, si sos la más
linda mujer que conocí jamás, no tengas vergüenza, tené orgullo mi amor, Que
hacer yo entonces con este común envase que me dio la naturaleza y el capricho
de algún gen familiar?"-
Te levante de tu asiento, mis
piernas, y te lleve lentamente, besándote, sosteniéndote con firmeza, hasta mi habitación.
La luz estaba apagada, solo el ocaso nublado en la ventana asomaba inseguro,
enmarcando en oro la perfección de tus curvas en la oscuridad. Dándole un
brillo hipnótico a tu piel.
Te recosté, suave, lento, sobre
esas blancas sábanas, lecho de amor. "Tranquila, seda sobre seda reluce más
aun". Le dije.
Acaricié tu frente y seguí por
tus cabellos hasta tu espalda, mientras te besaba apasionadamente y con mi otra
mano sostenía tu cintura, entrelazados los dos.
Con temor pero con ganas, sentía
como me abrazabas y pícaramente agarrabas mi cola. Te soltabas lentamente. Con vergüenza.
Pero te ibas soltando. Con cada caricia, cada beso en tu cuerpo. Sentía como exhalabas
pasión. Tus leves gemidos ponían mi sentido del oído al extremo.
Comencé a desabrocharte muy
lentamente tu delgada blusa exponiendo ante mi tus pechos, redondos, pequeños
pero firmes, suaves, deliciosos. Los bese por primera vez con todas las ganas.
Buscando volverte loca, cómoda, excitada. Me agarrabas del pelo mientras mi
lengua se colaba atrevida en tus pezones y los rozaba apenas. Nunca quite mi
mirada de vos. Ame tu pecho, como ame tus labios, como ame cada milímetro tuyo
y como lo seguiré amando cada día!
Para no llevar tu pudor mas allá,
nos tapamos con las sabanas, que lentamente se fueron como convirtiendo en
parte de nuestro cuerpo. La blusa, ya en el piso, llamo a la pollera y casi
inmediatamente se formó un pequeño montículo de ropa que no se sabía a cuál de
nosotros pertenecía cada una.
Solo quedaban en nosotros las últimas
prendas. -"Estas bien?"- te pregunte. -"Hay algo que te moleste?"-
-"No, por favor, no pares"- me
dijiste entre suspiros, mientras llené de mis más dulces besos tu abdomen. Los
pelitos minúsculos de tu piel salían rectos hacia mí. Hacia mi lengua, hacia mi
boca. Mis manos nunca dejaron de acariciarte, de abrazarte de a ratos, de excitarte
en el contacto. Muy cerca de tu sexo, mi boca, atrevida, te deseaba. Sabía yo
que no era turno de eso, pero te deseaba. Ya habría tiempo para mucho más. Pero
sabía que solo querías que te haga mía.
Atiné a quitar tu ultima
prenda, esa que hasta el momento te había protegido de todo y de todos, y en
ese momento cerraste los ojos y cerraste fuerte las manos!!
-"No te preocupes, amor, yo
te voy a cuidar"-
Aflojaste despacio la presión y
las piernas me dieron libertad. Las bese mientras mis manos acariciaban tu
vulva que explotaba de nervios y calentura. Tu mente volaba, yo lo sabía. Estabas empapada.
Subí y en secreto te susurre
algo, posando mis labios sobre el lóbulo de tus orejas y te estremeciste tanto
tanto, que me di cuenta que ese era el momento justo!
Deje caer tanto tu prenda como
mi bóxer, que ya no me apretaba, y liberé ante ti mi masculinidad. Esa que
estabas deseando como yo a vos. Esa que fantaseabas hasta el momento y ahora
mezclabas esas ganas con temor, vergüenza y calentura.
Nos besamos, te roce todo el cuerpo con las yemas de los dedos! Apoye suavemente la puntita de mi pene, duro, durísimo de deseo, humedecido totalmente en su punta sobre tu clítoris, rozándolo sin penetrar nunca.
Tus piernas se cerraron fuerte aprentandolo, sintiendolo. tus manos atrevidas no contenían sus ganas y, quizas por inexperiente hasta aprestaste demás. Pero lejos de doler, más ganas me dieron.Roce, roce y roce tanto su clítoris que sus gemidos al oído en medio de abrazos y apretones casi me aturdían.
Nos besamos, te roce todo el cuerpo con las yemas de los dedos! Apoye suavemente la puntita de mi pene, duro, durísimo de deseo, humedecido totalmente en su punta sobre tu clítoris, rozándolo sin penetrar nunca.
Tus piernas se cerraron fuerte aprentandolo, sintiendolo. tus manos atrevidas no contenían sus ganas y, quizas por inexperiente hasta aprestaste demás. Pero lejos de doler, más ganas me dieron.Roce, roce y roce tanto su clítoris que sus gemidos al oído en medio de abrazos y apretones casi me aturdían.
Mi glande se fue
deslizando hacia adentro, estabas tan caliente que gracias a Dios tu vulva me abrió
suavemente paso. Entraba y salía mi cabecita, y te gustaba. Seguí y seguí cada
vez más adentro y algún gesto de dolor me indicaba que frenara un poco. que vuelva a empezar.
Tus ojos se abrieron bien
grandes cuando entré cada cm mío en tu interior, cuando al fin pudimos hacer el amor. Ya eras mía como queríamos
y yo tuyo como imaginábamos.
Ese día quedaría en nuestra memoria ya, pase lo que pase. Ya no habría nada más importante en ese momento que nosotros dos.
Ya es anecdótico que me hayas pedido que pare casi cuando estábamos ahí, cerquita. Pero te dolía y sangraba un poquito, pero está bien, dejémoslo ahí, que ya lo vamos a poder completar otro día.
Otro día en el que los dos vamos a volver a ser uno. Uno dentro del otro, uno encima del otro, UNO.
Ese día quedaría en nuestra memoria ya, pase lo que pase. Ya no habría nada más importante en ese momento que nosotros dos.
Ya es anecdótico que me hayas pedido que pare casi cuando estábamos ahí, cerquita. Pero te dolía y sangraba un poquito, pero está bien, dejémoslo ahí, que ya lo vamos a poder completar otro día.
Otro día en el que los dos vamos a volver a ser uno. Uno dentro del otro, uno encima del otro, UNO.
Ya es anecdótico que nos quedáramos
dormidos, juntos, así abrazados. Uno al lado del otro, casi encima del otro. Que nos
amaramos por el resto de esa noche, como nunca, como siempre, como si fuera la última
vez. O como si fuera la primera.
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