martes, 18 de abril de 2023

Ahora quiero verlos a ustedes

 QUIERO VERLOS A UDS 




Música electrónica, un trago en la mano, temperatura otoñal, pero con el cuerpo caliente por el baile. Yo soy más de la salsa, el rock, los bailes en los que los cuerpos se cruzan, se miran y se tocan.

Pero está era noche de house y música psicodélica.

Y jamás imaginé el devenir de una noche en la que, por lo general, se baila solo.

Hacía calor en la pista. Recuerdo llevar puestas unas bermudas sueltas, cómo de hilo, ligeras y pegadas al cuerpo por la transpiración. Arriba, una camisa blanca abierta de par en par. A esa altura ya no había botón en su ojal.

Mí mirada era interior, mis caderas se movían de lado a lado y las luces me llevaban por una nebulosa cósmica de colores, fusas y corcheas de métricas perfectas. El cuerpo se movía sólo. Como canoa un rápido, como trineo en la nieve.

Simplemente iba, me acariciaba los brazos transpirados mientras bailaba, los veía brillar en cada tintineo de esa luz que justo me apuntaba rítmicamente en cada golpe de tambor electro.

Sonreía, mí nuca caía hacia atrás como quien busca el infinito en el cielo, mis hombros, mis caderas, mi cintura, mis piernas, todo yo conectado conmigo y con esa música que me atravesaba como incrustándose en mis huesos.

Me sentía poderoso, sexi, vivo.

De repente, una mano agarra mí cintura desde adelante y me vuelve ligeramente a la realidad. Quito la mirada del cielo y busco a la dueña de ese hermoso tocar, o quizás al dueño.

Unos ojos negro azabache me miran fijamente mientras su otra mano se posa en el otro lado de la cadera. Pelo largo, lacio, negro también.

Pestañas infinitas, labios carnosos, más el inferior que el superior. Uno hoyuelos divinos en los cachetes y su sonrisa de dientes blancos me enloquecieron, ahora ya en este mundo de nuevo. 

"Wow, esto no me suele pasar". Pensé.

No soy el típico que va al boliche a buscar la conquista de la noche. La labia no es mi mejor virtud, quizás si bailar. Pero, justamente, mis salidas disco, van en busca de conectar con la música, y si sucede... Magia. Conectamos, bailamos, nos sedujimos por unos instantes sin decirnos nada, como si esa conexión fuera natural.Dos polos atraídos no necesitan explicarse mucho.

Se unen y ya.

De atrás una tercera mano me masajea un hombro, otra, el otro hombro.

No pregunto bailo, siento, sigo disfrutando.

Los cuerpos se acercan, ella me mira fijo, le como la boca con la mirada. Me come la mirada con la boca.

Cuando quiero girar la cabeza para ver quién estaba atrás mío, siento su lengua recorrerme desde abajo de la nuez de Adán hasta el mentón y finalizar allí con un mordisco suave.

Sentí los vellos de mi espalda erizarse como lomo de gato asustado. Suspiré, me dejé llevar por el contacto de adelante ya sin importar de quién eran esas manos fuertes y ese pecho que de a poco se meaproximaba desde atrás. La música nos llevaba, los labios se juntaron por primera vez y de atrás ya sentí por completo a ese tercer cuerpo. Pegado a mí, mordisqueando mí oreja derecha. Mirando por el rabillo del ojo veo que la aventura comenzaba a ponerse aún más picante. El muchachito de atrás fue más allá y tomándola a ella de la cintura la apretó contra mi y nos volvimos uno.

Los labios se juntaron. Las manos apretaban, mi sexo comenzó a latir fuerte y el de él atrás mío también. Pude sentirlo. Me besan y tocan y calientan en el medio de la pista. Puedo sentir las miradas ajenas, había deseos de unirse, de sorpresa, hasta alguno de repudio por la escena entre varones.

En el oído, escucho, tras largos y sensuales minutos (¿u horas?), La voz de ella diciendo:

-"Vamos?"-

"Adónde?" Pensé yo. "No soy de acá. Estoy paseando".

Además, me empezó a ganar la vergüenza. ¿Saben lo que era atravesar la pista hasta la salida? Era un mar de miradas atónitas, prejuiciosas y hasta llenas de envidia y lujuria. La escena parece que había sido mucho más intensa si la apreciabas desde afuera.

-"A casa"- me dijo el. -"Vivimos acá a la vuelta"-. Completó ella la frase perfecta.

En menos de 5 minutos estábamos subiendo las escaleras de un PH divino.

A estas alturas sigo sin entender que pasó.

"-como te llamas?"- preguntaron y nos reímos con picardía.



 Si, aún no sabíamos nada unos de los otros y ya estábamos quitándonos la poca ropa que nos quedaba puesta.

El trajo una botella de champagne, copas y hielo. Ella se fue a duchar

Sinceramente no sé qué ocurrió en esos 5 minutos, pero se me hicieron eternos. Solos él y yo y una tensión sexual que invadía el ambiente. 

Hablamos poco, me senté en la punta de la cama y el al lado. Me quería besar, se le notaba en la cara. Me miraba la boca mientras nos conocíamos, pero se nota no quiso apurar nada.

Cuando ella salió del baño, apenas con una bata y el pelo húmedo, pude por fin relajar.

Hablemos de él: era lindo. En teoría a los varones nos cuesta más hablar de la belleza masculina, sobre todo si no somos homosexuales. Pero era lindo, ojos claros, pelo corto castaño y facciones angulosas. Pómulos salientes y nariz respingada pero perfecta. Bien afeitado. Cuerpo normal, no de gimnasio, pero sí bien cuidado. Joven, unos 30 años y las cosas bien claras.

Fue allí, entonces, que ella nos invitó a ducharnos a nosotros.

-"se van a duchar Uds.?"-

Preguntó.

Señalando el baño.

-"Si"- dije yo, saltando de la cama como pensando que era obvio. No iba a estar ella toda limpita y perfumada y yo transpirado tras una noche de baile y seducción.

Me paro. El me da una toalla, sonriente, y me indica dónde está el jabón, el shampoo y todo lo demás que uno puede indicar cuando la ducha es propia y el invitado no sabe nada.

-"VAYAN JUNTOS"-

Dijo ella interrumpiendo las indicaciones.

Entramos al baño, nos quitamos el bóxer, y no pude evitar mirar por el rabillo del ojo. Estaba semi turgente. Se lo notaba caliente con la situación. casi tanto como lo estaba yo. No sé si la vergûenza de sentirme tan caliente hizo que se me parara aún más, o qué fué, pero mierección era incontenible. 

Se metió atrás mío y comenzó a acariciarme la espalda. El agua, caliente pero no tanto, hacia las veces de aceite de masaje. Claramente estaban dominando una situación que me tenía recontra excitado, pero sorprendido.

Nos enjabonados mutuamente, siguiendo el juego al que ella nos invitó. La escena fue corta, pero cargada de erotismo. Su sexo nunca estuvo duro del todo, pero no hacía falta, estaba como a mitad de camino. Como tranquilo. El mío, lleno de nervios.

Y los nervios siempre hacen lo contrario de lo que uno quiere.

En este caso no quería lo inocultable. Pero mí sexo era una roca. Bañándome solo con él al lado, mi sexo me vendía.

Terminamos de bañarnos y cada uno con una toalla blanca nos dirigimos al paraiso. No, perdón, no hay otra definición. La habitacion era hermosa, el colchon gigante apoyado directamente en el piso. Una especie de mampara de tules blancas y luces tenuas eran el escenario en el que una mujer hermosa apenas cubierta por una bata y con el pelo mojado y aun goteando por su piel, nos esperaba ambos cual Venus en su ostra gigate.

No hubo preludios. Veníamos de un preludio largo y super exitante en el boliche. La ducha solo aplacó un poco algo que no costaría nada retomar.

Besos, mimos, caricias y las toallas que cayeron al piso en un mar de respiraciones revoltosas como mar en tormenta tropical.

Ahora si, apenas roce su vulva como sin querer y pude sentirla empapada.ellos se besaron y yo apreveche a recorrerla con mis manos de punta a punta. No me cance de acariciarla, de mimarla, de snitrla gemir entre besos y caricias. Ella tomo sin miedos mi falo con sus manos y comenzo a masturbarme. El se arrodillo frente a ella dejando su pene a la altura de su boca. Me miró, me sonrió, y la engulló con la cara más pícara que jamás pude ver en mi vida. Me miraba, me clavaba la mirada a mi y cada tanto lo miraba a el. 

-"Veni"- me dijo. Invitandome a sacarse las ganas de chupar dos sexos al mismo tiempo. 

Me acerco, me arrodillo como venerandola frente a ella y comenzó su arte, ahora conmigo. 

Sus manos acariciaban nuestras colas y empujaban desde atras, engullendo aun más nuestros sexos.

Primero uno, luego el otro, nos hacia caer hacia ella y nos teniamos que sujetar entre nosotros para no ttener un accidente. 

Sus gemidos de boca tapada me volvían loco. De a ratos metia ambos falos en su boca. Se tocaban entre si. 

Pasados unos minutos de tal espectaculo de sensaciones y emociones, se detiene. Toma un respiro profundo y nos dice agitada:

-"Ahora quiero verlos a Uds!!!"-

Y se hizo a un lado. Solo por... un buen rato. Miró, disfrutó y luego se nos unió en una noche en que nadie se privó de nada.

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