lunes, 18 de marzo de 2024

Cuando nadie me ve



Una tarde, un día como cualquier otro pero con una salvedad: hoy no están ellas. No estas ni siquiera vos. Mi mente se dirime entre aprovechar la soledad y dormir una siesta, leer lo que debo del libro de Tantra y jugar una PlayStation a ese tan amado pero postergado FIFA23, pero... Ganó la siesta.




Cierro la persiana, me quito la remera y el short y los dejo sobre la silla de la pc y las ojotas al lado de la cama.

Me acuesto, cierro los ojos y dispuesto a hacer lo que me propuse respiro profundo en busca de relajarme. Solo que, mi cuerpo y mi cerebro, no siempre están de acuerdo.

Cambio de planes.

Esperando. Soñando despierto, de repente te imagino. Algún recuerdo que se vuelve palpable y casi sin querer queriendo me encuentro agarrando mí sexo híper tieso que parece ya venía reclamando atención desde antes y yo no me había dado cuenta.

Si, admito que en ese momento te idealizo. Curvas, piel, aromas y sabores son aún más perfectos de lo que ya son. Bueh, quien es perfecto/a, no? Pero me refiero a que cuando es la imaginación la que juega, todo lo que ocurre, ocurre como uno quiere, todo ese momento es para uno mismo y ser egoísta no está mal.

Igual, más que lo físico, idealizo el momento, el encuentro. En esos momentos no me canso, no se me ablanda, no te duele ni me tengo que cuidar de acabar o de estar atento a vos. No es que no me importas o que abandone la empatía y el estar prestando atención a tu placer. Es que simplemente es todo perfecto, como en nuestras mejores noches (que por suerte son casi todas). Cuestión que puedo imaginar todo cual imagen reflejada en la pared por un proyector. O mejor aún porque esto no es una película, es como revivir la realidad más romántica.

                                

Todo eh! Cada detalle pasa por mi cabeza pero potenciado. Puedo sentir una gotita emergiendo de la punta de mi p3n3. Ma qué gotita? un gotón. Percibo el ritmo de nuestras agitadas respiraciones, tu pelo enredado entre los dedos de mi mano y hasta la sábana empapada. Todo, todo lo visualizo, todo casi que lo siento.

El único sonido real del momento es el de mi mano acariciándome y el de mis gemidos. Pero puedo escuchar también los tuyos de memoria y ver tu carita degenerada en las penumbras.

Ja!! No sé en qué momento pasó esto, pero aquí estoy. Con los vellos erizados de tu espalda desnuda desde la nuca hasta donde la cola pega el giro casi tangibles. El aire huele a sexo. Y la escena que imagino, aún más. Te juro que no estoy loco, que tengo los 5 sentidos recibiendo información tan real, pero tan real que, créeme, estás ahí conmigo.

Puedo ver tus ojos mirándome fijo mientras engullís mis gl4ande, pasas tu lengua por todo mi tronco y sujetas con firmeza mis testíkul0s. Puedo sentir un dedo atrevido metiéndose empapado entre mis glúte0s en busca de mi cola.

En ese momento mi mano derecha acelera el ritmo como lo haces vos cuando chupas y chupas caliente. Como cuando dos cables uno rojo y otro azul se tocan sin querer y no hay disyuntor que corte esa energía y saltan chispas para todos lados.

Puedo ver cómo te tocas vos también mientras se nota en tu cara las ganas de regalarme esa f3lación extrema pero, mi imaginación no se conforma con solamente eso y como por arte de magia aparece un juguete vibrador que tenemos y que pienso usar para volverte loca. No, no pares. Seguí haciéndome el amor con tu boca pero déjame también hacerlo a mí.
                                   

Así, con tus piernas abrazando mis orejas, tu vulv4 apretada contra mi cara y el pícaro juguete cobrando vida propia dentro tuyo, nos damos amor oral en simultáneo retorciéndonos de placer. Tengo tu sabor mezclado en mi saliva y tu cuerpo pegado sobre el mío. No puedo más, tus manos hacen magia en mis fantasías como lo hacen en la realidad y es mi mano quien lo interpreta a la perfección. Si me ves de afuera, estoy sólo en la cama, con el bóxer a la altura de las rodillas y mis manos se abusan de todo mí ser al son de ese particular ritmo parecido al golpeteo de un puño contra una mano abierta.

Si te sumergís en esta nebulosa de gozo imaginario, dos amantes forman un YIN YAN multicolor a punto de explotar como volcán en erupción.

Es en este momento en que puse saliva en mi mano y continué amándote, a vos, claro, más a mí también.

Jadeo, gimo, respiro y transpiro mientras el ritmo del golpeteo se acelera. Estoy ahí, cerquita, a segundos de llenarte la boca de mi s3m3n ardiente cuando algo interrumpe la escena. No sé qué fue pero abro un ojo y veo la habitación oscura y el espejo de al lado me devuelve la imagen de mí mismo. Debo confesar que en ese momento me avergüenza un poco mi propia cara de lujuria y placer. Ese es un momento que por lo general sólo podés disfrutar vos. Pero esta vez me vi y, sonriendo, volví a ese mágico 69. Tomo un poquito de aceite, siempre listo en la mesita de luz de un masajista, y me embadurno desde la cabecita hasta los huevos. Me toco, me acaricio, siento desde la panza hasta los muslos lubricados y me caliento aún más. Pero esto es mucho, la sensación física me sumerge en un orgasmo de otro mundo y me transporta de nuevo a vos. Conecto otra vez con la escena tantas veces repetida entre nosotros pero que ahora se da en el marco de la imaginación.

Recorre mi cuerpo y el tuyo, entonces, una cachetada eléctrica que nos sacude y hace temblar a la par como si metiéramos los dedos en el enchufe y, en simultaneo, puedo saborear un chorro vos en mis labios y mi lengua casi como el regalo perfecto que me pudiste dar en este mundo paralelo. Tu miel, espesa, caliente y dulce se tradujo inevitablemente en verte tragando y tragando hasta la última gota de mí, al menos en esa imaginaria escena. Y, dentro de esta solitaria habitación, en la expulsión de un chorro blanco y espeso de líquido cuyo primer envión llego hasta la almohada al lado de mí cara y consecutivamente el resto invadió mi abdomen e inundó mi ombligo de un incontenible alarido de pasión en soledad.

- "Ahhhhhhhhhhhh, Ahhhhh, uuuhhhh"-

Qué placer poder gritar un orgasmo asíiii!!! Sin nadie que pueda oírlo ni juzgarlo. Sin nadie que se entere de ese glorioso momento de auto amor que, hasta en la imaginación, sólo vos podes darme.

Bueno, y yo!

Cuando nadie me ve.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Massage

Massage