Mientras duermo

Late, late il cuore. Late el cuerpo. Late mi sexo. Por consiguiente late mi mente y mis pensamientos juegan con tus pezones erectos. Mi saliva recubre tu glande y mi boca succiona y siente el sabor de tus ganas. Laten mis pupilas viendo esa cola suave y colorada con la huella de esa mano que instaló placer mental.
Late el morbo, pienso en vulva derretida latiendo cómo late mi miembro duro y lleno de venas en ebullición. No puedo, no, no quiero dejar de pensarte desnuda. Porque no desnudo? Si estoy flasheando de amor y deseo. De tus labios brotan lenguas que golpetean mis tetillas, los dientes asoman, filosos mordiscos que recorren eléctricos sentires.

 Cada pellizco es un gemido, una cachetada sacude mis pómulos y me sujeta el rostro para luego empujarme de culo al sillón con los pantalones bajos hasta los tobillos. No puedo resistirme. Lenguas lamen mi ingle, mis testículos exitados son presionados hacia arriba dando paso al beso negro que me termina de derretir. Me entrego. Suelto. Libero gritos de éxtasis y lujuria de ver tus ojos miel mirándome a la cara empapada de tu saliva y mi piel. No puedo más, no doy más, tus manos sacuden mi falo embadurnado de baba, arriba, abajo, en círculos, en el tronco, en la cabeza. Chupas y chupas y me estremezco en tu boca hasta explotar. No paras. Nunca paraste. Tus cachetes inflados y la comisura de tus labios humedecidos de mí, dan muestra del jolgorio de nuestras pieles.
No no puedo parar tampoco. Es un sueño, una fantasía, dejame jugar! Sujeto el pelo largo y aún con el pene empapado y semiturgente entro en vos, fácil. Zona liberada al gozo mutuo. Tus glúteos rebotan violentos contra mis caderas, mi pubis se enchastra y pegotea entre tu piel y la mía. Es tu turno, ahora, el que se ensucia de pasión, voy a ser yo. Vos, relájate.
Que sin tu explosión no me voy de este sueño.