jueves, 16 de enero de 2025

EL REGALO


Dejame tranquilo. Dejame que me enchastre sin miramientos. Dejame sumergirme en ese torrente de vibraciones cósmicas que provienen de tu vientre.
Si levanto la mirada y te veo sonreír al mismo tiempo que tu labio inferior es mordisqueado por su propia boca, es que ambos venimos bien. Vos dejame tranquilo que yo de esto sé. Y lo que no sé, me lo vas a enseñar con cada movimiento, con cada suspiro, con cada tirón de orejas y de pelo y cada vez que vea como se estrujan las sábanas a nuestro alrededor.
Regalame tu manjar que estoy sediento. Yo te regalo mi acción, que estás queriendo.
Hagamos de tus ganas y las mías un concierto de sabores y sonidos. Hagamos de este cuarto una caldera hirviente atiborrada de placer. Que tus orgasmos sean la norma. Que tus aguas sean el río acaudalado que me lleve hasta esa caída que produce estruendo. No. No me importa esa cachetada que me pegaste en un rapto de pasión.



Tomaste mi pelo y separando mi boca de tu sexo me miraste fijamente y me pegaste al grito de: "hijo de putaaaaa!"
Simultáneamente, cuasi en llanto, empujaste mi cara empapada desde la frente hasta el mentón para que siga chupando sin vislumbrar el fin de aquella orden.
Mi sexo, desnudo, empapado en su punta también, friccionaba brillante contra las sábanas al tiempo que mis manos aprietan suave pero intensamente tus pezones.
Chupo, lamo, rodeo el capullito de tu clítoris y recorro tus labios con los míos. Mi Boca festeja con algarabía tragando esta especie de deliciosa sandía veraniega llena de sabor y dulzor entreverado con litros de lujuria y éxtasis.
Te miro una y otra vez, nuestras miradas se cruzan. No querés que pare y yo no quiero hacerlo.
Dame más, más. Tengo sed, no ves?
De tu boca solo guarangadas inconexas se oyen. Y me calienta el triple. Las paredes de tu vulva latente aprieta fuerte mis dedos que ahora juegan bañados de vos en tu interior. Una mano posa sobre tu pubis, separando aún más tus piernas y siguiendo tus gestos mi lengua baja el ritmo. Labios y saliva apenas te rozan milimétricamente. Lo intenso se vuelve sutileza y la sutileza, calma. Respiras, respiro, trago, tragas, nos reímos y....
Sí. Todo vuelve a comenzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Massage

Massage