miércoles, 19 de marzo de 2025

CON MIS DEDOS

Nos besamos, nos acariciamos, nos recostamos sabiendo que no podíamos concretar tantas ganas de sentirnos uno, uno dentro del otrx y otrx absorbiendolo a uno. Esa noche mágica nos encontró sin profilaxis pero con la pulsión sexual a punto ebullición. Al lado de la cama un ventilador de pie aplacaba un calor que era más interno que externo. Una suave brisa de verano amenazaba con entrar por la ventana, pero no lo hacía. El acolchado pegoteado en las espaldas desnudas incomodaba pero no imposibilitada nada. La puerta de la habitación abierta invitaba a espiar gemidos que pronto llegarían.
Recorrí su piel, toda, sus pómulos enrojecidos de calentura, sus labios húmedos, el mentón hasta su cuello. Amaba ver los vellos de su pancita inclinarse ante cada soplido del ventilador, aunque a veces aprovechaba y soplaba un poco yo, ahí por debajo del ombligo. Con las yemas los dedos de mi mano izquierda disfrute de sus p3zones suavemente.
Su mano inquieta buscaba mi se×o que ardía apretado dentro de mi boxer azul oscuro.
Bajé y bajé por su abdomen, su pubis, quité con su ayuda veloz su mini tanga de micro tul negra y afloro su vulv4 que latía para mí. Esa noche, con mis manos, descubrí lenta y suavemente resquicios de su cuerpo que aún no conocía. Primero por afuera, aún cerrados sus labios eran como la carpa del circo que esconde que adentro hay tremendo show. Rocé, toqué, acaricié esos labios externos y su ingle, la parte interna de sus muslos y aductores y volví a sus labios. Recuerdo mis dedos índice y mayor sentir cada detalle. Algún pelito que se negó a desaparecer tras el rasurado para la ocasión, el bultito que formaba el cl1tor1s escondido tras tan bello portal, todo. Pero casi sin querer emergieron sus deseos más empapados y mis dedos embadurnados de suspiros no temieron ir lentamente a más. Casi nunca introduje nada, fue todo muy superficial, del periné hasta el monte de Venus ida y vuelta con ligeros parates enderedor de su capullo, punto de placer orgásmico. Mis dedos patinaban como cuando hacía cvlo patín de niño en plaza Francia. Así, tal cual. Subía y me detenía en su capullo y me deslizaba cuál tobogán casi hasta su ano.



Por momentos, sin contenerse, rasguñaba las sábanas. Se escuchaba su mano más lejana haciendo el ruido como de un cierre de campera que se abre o cierra. La otra, incontenible, se metió por dentro de mi ropa interior y comenzó a m4sturbarme un tanto atolondrada. Pero entiendo, ese momento era para ella, y concentrarse en mi con la espalda encorvada y el pecho agitado al ritmo de vibraciones inexplicables, es difícil. Cuando la cosa es al revés, y me dedican tal atención, sé que no puedo concentrarme en devolver al mismo tono.
Por lo que sutilmente le dije al oído:
-"sh sh shhhhh, tranquila. Disfruta si te gusta, guíame si algo te molesta, pero disfrutá. Me gusta tocarte, me gusta verte gozar, no te preocupes por mi. Ya habrá oportunidad!!!"-.
Proseguí sintiendo sus labios internos bañados en su jugo de placer. En un momento, recuerdo, introduje levemente mi dedo mayor, rozando su esa pequeña nuez que hay allí adentro contra su monte de Venus y al sacarlo lo chupe viéndola a los ojos. Mmm ese sabor tan especial me dió una ganas de meterme de nariz entre sus piernas pero... Hoy el juego era otro. Repetí la secuencia y entre gemidos y suspiros está vez le hice chupar a ella mis dedos. Qué deleite verla chupar como si fuera mi gland3. Creo que hasta pude sentirlo ahí abajo.
Volví a repetir y me quedé, ésta vez, quiero allí. Con mi dedo mayor apenas dentro y el anular y el índice acariciando sus labios sutilmente. Mi dedo gordo, apoyado en su cl1toris solo atino a acompañar los movimientos.
Si, creo que el meñique se posó inofensivamente en su trasero que a esta altura estaba tan dilatado como duro estaba mi se×o de solo ver y sentir tal espectáculo . Que tentación!!!
Pasó el tiempo, se retorció como boa constrictora cuando tiene su presa a su merced, apretó sus piernas de igual modo y estranguló mi mano en un alarido inolvidable dejando mi dedo colorado y sin circulación adentro suyo inmerso en un mar de 0rgasmos y pasión desenfrenada. El sudor recorrió mi espalda, el ventilador la secó.
Suspiramos juntos y reímos acalorados.
Vieron que se puede hacer el amor de tantas formas? Ésta fue solo una, con mis dedos.
Y fue tan deliciosaaaa

miércoles, 22 de enero de 2025

-"Ehhh, por que no invitan??!!"-

A través de la tela se traslucía el brillar del fogón encendido y las carcajadas embebidas en vino tinto interrumpían por momentos las zapadas y guitarreadas que celebraban el encuentro. Sui generis, La Renga, Pappo y otros grosos nuestros eran interpretados por voces alegres que poco importaba cuán bien entonaban y si arruinaban o mejoraban las mencionadas canciones. Hacía un rato éramos parte de todo eso. Cantamos, bebimos, comimos.

No sé en qué momento una mano en la rodilla llamó a otra por la espalda bajo mi remera.

No sé en qué momento y sin mirarnos comenzamos a acariciarnos con la respiración agitada encubierta. Recuerdo ponerme de pie, incrédulo, y arrojar un leño al fuego para ver sus chispas elevarse por el aire como luciérnagas volando.


Mi short comenzaba a inflarse y no quería quedar desubicado, pero, pararme para disimular con apenas una maya veraniega no sé si fue la mejor opción. Al volver, vi su cara y sus ojos enfocados en mí. En ese pedacito de short que evidenció su picardía. Y esa muestra de deseo confirmó mi erección al punto de tener que ponerme una prenda, no se cual ni si era mía, sobre las rodillas. No hubo un beso, no hubo una mirada a los ojos más que cuando nos pasábamos el vaso de coca cortado y devenido en copa comunitaria o algún cigarrillo ya no tan prohibido que nos hacían ver las chispas tan flasheras como nos hacían reír mas fuerte cada chiste soltado al aire por toda esa gente que no conocíamos pero que coincidíamos en espacio y tiempo.

Debajo de la prenda se coló su mano. Debajo de la mano y aprovechando la distracción me tomó sin miramientos. Creo que su dedo gordo, muy suavemente, o el índice, se movía en círculos por la punta de mi glande patinando en mi humedad imposible de contener. Creo que podía sentir una gota de placer emergiendo de mí y a ese dedo jugando en cámara lenta a: “a que no te resistís?”. El resto de su mano y dedos, quietos pero apretando, sostenían mi falo en éxtasis. No se movían, pero estaban ahí, donde mis ganas explotaban y mis pensamientos perdían la cordura.

Yo no era tan osado. Ligeramente más recatado acariciaba su espalda por debajo de la ropa. Subía hasta la nuca, y bajaba hasta donde sentía que la espalda dejaba de ser una para separarse en dos mitades deliciosas. De a ratos agarraba una mitad, de a ratos la otra, de a ratos volvía suave acariciando los vellos de su espalda y escuchándola suspirar.

Una damajuana llegó a su fin y en esa interrupción ella dijo:

-“permiso, voy al baño!”-

Dejándome solo anta la mirada borracha otros hombres y mujeres de entre 17 y 35 años que, sospecho, también estarían conociéndose.

Curiosamente los baños quedaban para el lado de mi carpa y mientras ella caminaba en ese sentido, cada cierta cantidad de pasos, miraba para atrás, con sus caderas bailando un malambo de calentura envuelta en esa corta pollera hippie que flameaba cual pabellón al viento. La dejé alejarse entre los árboles, la dejé perderse con la luna de fondo y el arroyo cordobés dándole chirlos a las rocas hasta que no pude más y decidí perder el juego. Sé que ella se estaría preguntando si perdería la oportunidad de conocerla aún más. Pero, no sirvo para las tácticas y estrategias amatorias. Soy transparente y me enloqueció desde el momento en que me senté a su lado sobre ese tronco que nos mantuvo alrededor del fuego no sé cuántas horas. La conexión fue instantánea. Lo demás fluyó como la lava fluye de un volvían en erupción sin que nada nos detenga.



Yo no salude, yo no dije voy al baño, yo prácticamente eyecté del tronco como si hubiera que salvar a alguien que se cayó al rio y no hubiera tiempo que perder.

Allí, apoyada en un banquito al lado del rio, estaba ella sola. Con su pelo morocho, ondulado y su suave piel esperando más caricias en esa noche de verano, la única, que nos esperaba ansiosa, romántica y excitada.

Me senté a su lado y escuché:

-“Por fin, pensé que no venías!”-

Dijo riendo con sus hoyuelos bien marcados y sus dientes relucientes.

Mi mano tomó su cuello y suave pero con seguridad la acerque a mi boca y nos besamos, nos tocamos, nos manoseamos ya sin testigos a la vera de ese rio cálido que nos acariciaba las patas inolvidablemente.

Media hora? 20minutos? Cuanto habremos estado ahí coleccionando ganas de hacer el amor? No lo sé, con todo lo anterior para mí fue como una pequeña eternidad que no quería interrumpir. Que celebramos y festejamos a nuestra manera con cada mordisco de labios, con cada olfateo de cabello o cada lengua recorriendo un cuello.

La tela de su remera era tan suave y fina, podía sentir sus pezones endurecerse con cada caricia mía. Podía sentirla estremecerse cada vez que acariciaba la parte interna de sus muslos, apenas rozando la humedad de su prenda interior pero sin tocar ni agarrar intenso. Solo haciendo desear, y deseando con fuerza.

En un momento y como una estrella fugaz que se aparece y desaparece en cuestión de segundos, estábamos dentro de mi carpa, sobre mi colchoncito, entre sabanas y un poco de desorden.

El cierre había ya cantado su canción desde el principio hasta el fin y, solos, nos amamos. Si, nos amamos. Fue una noche de amor intenso, los dos vivimos el encuentro de esa manera. Los dos llegamos con ganas de sexo pero al mismo tiempo los dos vibramos el amor.

Quite la tela que me separaba de su sexo, disfrute de cada centímetro que bajaba por sus piernas hasta desaparecer entre medias y toallas que habían quedado por allí olvidadas. Levante la pollera y pude contemplar, sin apuros, el esplendor de su vulva que empapada me llamaba. Antes del banquete, el preludio. Quite su remerita, disfrute sus pechos, lamí su abdomen, me entretuve entre sus pocos pero erizados vellos entre el pupo y el monte de venus, y comencé a lamer cuanto resquicio de su cuerpo encontrara. Separe sus labios con la lengua, pude sentir el vigor de su clítoris pero sin prisa me entretuve y la entretuve. Escuchaba sus gemires aun sin llegar a las zonas más sensibles. Creo que los dos explotábamos. Finalmente chupé, lamí, mordí, olí, jugué con mi nariz, de pronto un labio, luego el otro, envolví su clítoris con los míos, bajé hasta el periné… Un dedo acaricio su cola pero sin intención de entrar, solo sumando estímulos. Recién cuando pude sentirla al borde del orgasmo fue que intensifique todo. Sentí mi colchón empaparse, sentí mi mentón gotear placer y sentí mis cabellos tironeados y hasta un piñón al suelo con la espalda arqueada como una carpa dentro de la carpa.

La imagen que entrega una mujer cuando uno la mira desde ahí abajo, es una de las delicias más grande que me llevaré de esta vida cuando me toque abandonarla.

Subí, la bese, nos besamos. Le pase su sabor de boca a boca y rio fuerte con el corazón palpitando. Me metí entre sus piernas y comencé a frotar mi sexo contra el suyo, otro rato largo, sin entrar. Como quien quiere frotar la lámpara y el mago no sale… Bueno, así. Ame verla deseosa de sentirme dentro suyo, ame sentirme explotar de ganas de hacerlo. Pero también ame sentir que podía controlar ese deseo.

Afuera ya no se escuchaban tantas voces, pero adentro había un estadio entero cantando el hit del momento.

Así, yo arriba y ella abajo, yo entre sus piernas y ella frotando su vulva contra mi falo, tome su pelo, la mire fijo y sin resistencia alguna entre lentamente apenas una punta. Salí. La sentí respirar y cuando bajo la intensidad de la respiración, entre nuevamente ahora un poco más. El temblor de su cuerpo me dijo que veníamos bien y, volví a salir. La bese, me beso. Y con las bocas unidas volví a entrar ahora un poco más repitiendo la escena como 5 veces hasta que en la última entre por completo y de una y el grito traspasó las paredes de la carpa hasta escuchar una exclamación mayor proveniente del fogón:



-“ EHHH, PERO POR QUE NO INVITAN!!”-

Provocando en nosotros un orgasmo instantáneo mezcla de morbo y placer de sabernos en puro éxtasis y escuchados por el afuera.

Estuvimos así, jugando por horas hasta que el sol traspaso la tela y los pajaritos se mezclaban con nuestros sonidos de bocas tapadas, de ropa mordida, de sonido de caderas chapoteando y de agua, mucha agua entre dos cuerpos hasta que en algún momento incontenible ya no pude jugar más a estirar tal delicioso momento y explote dentro suyo mientras ella me sujetaba la cabeza derretida sobre su pecho y ambos tambaleando caímos rendidos en un hermoso e infinito alarido contenido de placer y amor.

Dormimos hasta que la carpa se transformó en un horno, otro. Nos derretimos de nuevo, pero de calor. Y salir de ahí fue tan necesario como imposible despegarse esa mañana.

Ella? De La Pampa. Yo? De Buenos Aires. Nos hablamos un tiempo en épocas de teléfonos fijos. Pero el tiempo pasó y quedamos en un hermoso e intenso recuerdo, de un porteño y una pampeana acalorados en Córdoba.




jueves, 16 de enero de 2025

EL REGALO


Dejame tranquilo. Dejame que me enchastre sin miramientos. Dejame sumergirme en ese torrente de vibraciones cósmicas que provienen de tu vientre.
Si levanto la mirada y te veo sonreír al mismo tiempo que tu labio inferior es mordisqueado por su propia boca, es que ambos venimos bien. Vos dejame tranquilo que yo de esto sé. Y lo que no sé, me lo vas a enseñar con cada movimiento, con cada suspiro, con cada tirón de orejas y de pelo y cada vez que vea como se estrujan las sábanas a nuestro alrededor.
Regalame tu manjar que estoy sediento. Yo te regalo mi acción, que estás queriendo.
Hagamos de tus ganas y las mías un concierto de sabores y sonidos. Hagamos de este cuarto una caldera hirviente atiborrada de placer. Que tus orgasmos sean la norma. Que tus aguas sean el río acaudalado que me lleve hasta esa caída que produce estruendo. No. No me importa esa cachetada que me pegaste en un rapto de pasión.



Tomaste mi pelo y separando mi boca de tu sexo me miraste fijamente y me pegaste al grito de: "hijo de putaaaaa!"
Simultáneamente, cuasi en llanto, empujaste mi cara empapada desde la frente hasta el mentón para que siga chupando sin vislumbrar el fin de aquella orden.
Mi sexo, desnudo, empapado en su punta también, friccionaba brillante contra las sábanas al tiempo que mis manos aprietan suave pero intensamente tus pezones.
Chupo, lamo, rodeo el capullito de tu clítoris y recorro tus labios con los míos. Mi Boca festeja con algarabía tragando esta especie de deliciosa sandía veraniega llena de sabor y dulzor entreverado con litros de lujuria y éxtasis.
Te miro una y otra vez, nuestras miradas se cruzan. No querés que pare y yo no quiero hacerlo.
Dame más, más. Tengo sed, no ves?
De tu boca solo guarangadas inconexas se oyen. Y me calienta el triple. Las paredes de tu vulva latente aprieta fuerte mis dedos que ahora juegan bañados de vos en tu interior. Una mano posa sobre tu pubis, separando aún más tus piernas y siguiendo tus gestos mi lengua baja el ritmo. Labios y saliva apenas te rozan milimétricamente. Lo intenso se vuelve sutileza y la sutileza, calma. Respiras, respiro, trago, tragas, nos reímos y....
Sí. Todo vuelve a comenzar.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

borrador de La Madama de las orgias

 La madama de las orgías


Un PH antiguo del barrio de Almagro. Puerta de hierro, negra, forjado con formas de flores y hojas al mejor estilo frences.Pesada como bola con grilletes. 

Despues de dicha puerta, un pequeño pasillo espejado y lleno de marmol y un techo altisimo, habia una segunda puerta del mismo estilo de la primera, pero en madera. una maravilla. 

Una vez adentro, en un especie de Hall de ingreso, te recibi la estatua de un f4lo gigante. facil 2 metros 20 de puro homenaje al pene. Despues de maravilllarte u horririzarte con dicho arte,  si levantabas la cabeza y arriba de un par de silloncitos estilo luis XV y una mesa ratona  en juego, habia un cuadro  pintado a mano de ua especie de matrona con botas bucaneras pisandole la cabeza a un encapuchado en cuero con pantalon de jean y capucha. No recuerdo el paisaje de fondo, pero todo un mensaje. 

El hall poseía, al mejor estilo "elige tu propio destino" con tres puertas mas que daban al resto de este lugar que de entrada daba una impresion mezcla de tenebrosa e interesante a la vez. La puerta del centro, traspasada por la luz del día, daba a un patio interno bastante grande pra estar en medio de una ciudad copada por edificios que aprovechan tal espacio para ser sede de cientos de departamentos en sentido vertical.El negocio inmobiliario estaria , de seguro, odiando este antro de la perdicion. En el patio, un aljibe central, mesa y sillas de hierro ideal para matear al sol y muchas plantas y macetas, daban falso aspecto de una casa normal donde habita una familia de esas que ahora han de llamar, GENTE DE BIEN. Quien sabe qué será eso. 

Alrededor de este patio, poblaban la vista otras 6 puertas, una escalera que daba a un piso superior y que formando unn rulo continuaba hasta un segundo piso con una ventanita digna de un mini campanario y una prinesa echando rizos a la espera de su salvador.

El tema estaba al atravezar dichas puertas, que historia depara tras de ellas. 

Ah, me faltaba presentarles a ella, La madama. Sandra. Una mujer de contextura imponente, altura promedio y mucha cara de mala. vestido rojo al cuerpo, pies descalzos y una varilla tipo latido en la mano que , cuando menos, inspiraba respeto. Con ella vivian Silvia, Solange, Diana, Dafne, una muy jovencita llamada Danara y.... Daniela. Quien me había llevado a este lugar, sabiendo de mi intriga desde el primer momento. 

Las habitaciones que rodeaban el patio, rsultaban ser Mazmorras de tortura con distintas tematicas. Habia una, que era como la mas tranquila de todas, que solo contaba con dos percheros y ropa para travestir a quienes, como yo, caian de sopeton. 

Nunca me había pasado, nunca me llamó la atención vestirme de mujer ni para una fiesta de disfraces y... ese día, termine con peluca rubia, lacia y larga hasta media espalda. tanga roja y pollera muestra culo, y remerita pupera al cuerpo. Pero, esperen, eso no fue lo peor. 


LOS TACOS!!! Yo caminando con tacos, que verguenza, ese día no sali con un esguince de tobillo porque Alá es grande!


En fin, Daniela se reía mientras  saliendo de dicho cuarto nos dirigimos a la segunda puerta, la cocina. Imaginen esa cocina con heladera SiAM y hornallas de acero.La condicion para participar de lo que se venía era preparar cafe así vestido, para los invitados e invitadas. 

miércoles, 16 de octubre de 2024

ENTRE 4 PAREDES

Eramos 3, luego 4, luego 5. Los cuerpos se multiplicaban cuando las puertas se abrían y llegó un momento en que el pequeño departamento albergó las escenas mas 3róticas que se puedan describir. La tensión subió. las prendas volaron cuando por fin la llave dió su ultimo giro.
De fondo un Progressive House acustizaba y se fundía con suspiros y gemidos que tambien iban en aumento. Entre pieles morenas, blancas y con pecas se iban perdiendo las manos sin género. Pelo corto, lacio, rulos, rubio, castaño, pelirojo y negro azabache. Pubis depilados y abundancia de vello púbico. Ya no se cuantos eramos, pero cerca de 10. hombres, mujeres, una chica trans y un cuerpo muy masculino que se presentó como "ella".


Sobre una mesa un fernet. En un rincón, pegado a la ventana, quedó abandonada una copa de vino. En el cenicero un par de colillas de cigarrillos y dos tucas. Una pared naranja, otra marron, el techo blanco y un buda con incienso humeante al lado de la puerta del único baño. 4 puf, una caja de cartón con preservativos y gel pegado a una bombonera azul en una mesita ratona y algun perfume berreta que intoxicaba el aire cuando te acercabas mucho, y vaya si nos acercamos. Ella se corre agitada viendo como alguien de bigote mal afeitado engulle un gl4nde frente a todxs sin pudor alguno. Lo observa excitadisima un rato y luego lo acompaña, de puro morbo nomas. La chica trans es bienvenida entre una pareja "hetero" y los besos de lengua vuelan por el aire como caramelos que caen tras explotar una piñata de cumple. Todxs se pierden entre todxs, la noche es larga, fluidos que eyectan, pómulos empapados y carcajadas sonrojadas piden un minuto de descanso mientras otrxs no paran. Afuera comienza a aclarar, de los 10 quedan 7, ya no es pareja la polaridad de géneros pero eso nada nos detiene. Un p3ne flácido que ya no reacciona es burlado por la lengua de su dueño que sigue ejecutando su obra maestra en una vulv4 multi0rg4smica que al mismo tiempo recibe con amor un f4lo aun en combate. Suena el correr del agua de un inodoro que pide atención urgente. El aire huele a se×o, dos hombres duermen, dos chicas rien, alguien hace café.
Afuera, garúa...

lunes, 9 de septiembre de 2024

TAN SOLO UN BESO

La universidad es un mundo aparte. Desde lo humano hasta lo político y... Lo que atañe a esta historia, también en cuanto a lo jovial. Porque no todo es intelecto y estudiar. También hay tiempo para trivialidades y momentos de alcohol y diversión. Y si, la mente necesita distracción ante tanta exigencia.Recuerdo una lisergica fiesta en Puan y en lo particular una en facultad de medicina.




hacía mucho calor adentro y mucho frío afuera, cómo siempre en Julio. La música generaba cachengue y sudor por doquier y las bebidas nos liberaban de la mirada ajena a medida que la noche avanzaba.
El salón, pequeño pero lleno de jolgorio, rebalsaba de gente que iba perdiendo las prendas que trajeron a montones pero que se iban amontonando en el suelo en medio de rondas de amigxs.
Allá, en una esquina, había un grupo de mujeres, cómo cualquier otro, pero distinto.
Ahí estaba ella, con sus ropajes hippies colorinches y sus movimientos que lograron alterar mis hormonas desde el primer momento en que mis ojos se posaron en ella.
Giros, vueltas, risas y sonrisas con hoyuelos, pelo negro, largo, lacio y con flequillo stonero enmarcaban tan delicioso rostro.
Y... Un cuello!!! Creo que pocas veces vi un cuello tan atractivo. Me dirán: UN CUELLO?
Pero si. El cuello. No recuerdo su cola, o su pancita al aire cuando por fin voló el pulovercito que lleva puesto. No recuerdo sus senos, seguramente divinos como ella. Recuerdo sus hoyuelos, los labios, su mirada de ojos grises y SU CUELLO. sobre todo su cuello.
Se movía, bailaba, pero a mí me gustaba su cuello. Tanto que tardé un montón en hablarle. Me asustaba la posibilidad de ser rechazado por ella. Y mis habilidades de chamuyero de boliche nunca pasaron del cbc de la carrera del seductor.
Cruzamos miradas más de una vez y, sobre el final, cuando se iba, todo colorado me acerqué.
Cuando le dije que era su cuello lo que me volvía loco, se rió, me miró fijo, me agradeció mis palabras y me dio un beso. Tan solo un beso largo e intenso de labios deliciosos.
Se dió media vuelta y se fue. Dejándome boquiabierto, palpitante,
Recordando su cuello y... Un beso. Tan solo un beso.

martes, 13 de agosto de 2024

ELLA QUERIA UN TRÍO



Lo veníamos charlando con Caro. Lo nuestro era más una cosa de amistad que, de tanto hablar de sexo, a veces nos calentamos y terminábamos teniéndolo.
Pecados de juventud que le dicen.
Pasaron los meses y cuando lo hacíamos nos decíamos al oído aquellos exabruptos 3rotikos que tendríamos en la cama si hubiera un tercero. O una tercera.
Pero ella quería un falo más. No interesaba mucho la edad o el cuerpo, quería poder sentirse poseída y agasajada por dos varones al mismo tiempo, ser el centro de atención. Poder sentir su vulv4 encendida fuego por el roce al mismo tiempo que saboreaba un gran falo y miraba a los ojos a un otro.

Así, un día, su amante/amigo/chongo (yo, ja) le cumplió su fantasía. Con lo que me cuesta jugar este juego... Creo que supo exactamente a quien confesarle este tan excitante deseo.
Conmigo no había celos, no había posesividad, no había más que risas y muchas ganas. Así que, seleccioné cuidadosamente al posible candidato mediante una página de contactos. Vi sus fotos, su buen tamaño que tantas ganas tenía ella en su fantasía, hasta vi que, el mencionado, tenía un lindo formato de p3n3.
Seamos sinceros, no todo es tamaño (lo mismo pasa con la vulv4). Hay formas o tipos de p3n3 más lindos que otros aun cuando esos otros puedan resultar más grandes. Va en gustos, ja. Creo que elegí uno que a mí me pareció interesante. También hay distintos aromas, sabores, texturas, algunos cabezones, otros muy largos pero finos, etc. etc. etc. Pero eso ya lo descubrís en plena acción. Tema tamaño y forma, en una foto, se podía medianamente imaginar.
Yo le quise dar uno grande y lindo. Recuerdo que era más grande que el mío. Aunque eso no me intimidó o generó mucho. No soy de competir, al contrario, me calentó la idea de verle la cara cuando lo descubra como quien recibe chiche nuevo.
Al fin de cuentas era un pibe como yo. De tés más blanca, pelo castaño, panza chata pero nada marcado. Creo que la misma altura.
En fin. Dos muchachos con ganas de ver a una bella dama desplegar todo su 3rotismo sin vergüenzas y sabiendo que nadie la iba a juzgar.
Un día, le comenté que iba con un amigo al que le hablé de ella. Al principio dudó, Quiso cancelar todo. Pero pude decirle que confiaba en él y que lo que habíamos charlado me dejaba tranquilo. Además, estaba yo para cuidarla de que todo sea bajo su consentimiento y que si en algún momento había que parar, pararíamos.
Finalmente accedió y tras una nueva charla con él, compramos unos ricos vinos tintos y fuimos para su casa. Perfumados y recién bañaditos tocamos el timbre de su precioso PH en Paternal y la esperamos ansiosos.
Se tomó unos minutos, vaya a saber uno haciendo qué...! Y salió... hecha una diosa preparada para la batalla. Si bien simple en cuanto a ropa (zapatillas Topper de lona, una pollerita blanca y una musculosa batik de un diseño hermoso), salió con el pelo mojado humedeciendo la colorida tela, evidentemente sin corpiño y poco maquillaje pero el justo para realzarle aún más los bellos detalles de su cara. Pelo ondulado, castaño también, pestañas largas y curvas, labios apenas pintados o con un color sutil.
Pude ver en la cara de mi compañero (de ahora en más vamos a llamarlo Nahuel) unos evidentes nervios o ansiedad brotando desde su interior más profundo. Ella, por el contrario, evidenció de punta a punta toda su tranquilidad y sus ganas de lo que pronto estaría por llegar.
Eran cerca de las 5 de la tarde de un día sábado primaveral, por lo que nos hizo pasar al living, puso música tranquila, nos sirvió dos cafés y se sentó al lado mío con Nahuel enfrente, mesa ratona de por medio.
El café bajó enseguida y al ratito estábamos tomando el primer vino que nos ayudó a relajar aún más. Ella sonreía, jugaba a seducirnos, todo lo suelta que pudo estar. Al oído me comentaba cosas sobre él (y llenándolo de incógnitas sobre qué me diría), cosas lindas, calentándome, porque a medida que charlábamos todo era aceptación y confirmación de que estaba de acuerdo con mi elección. De repente mi trabajo fue hacerlo sentir cómodo a él, y eso me gustó porque significa que estaba más precavido de no arremeter o hacer sentir sus deseos en demasía. Y eso por lo general, para mí, está bueno. El que viene de afuera, invitado a algo como esto, no puede venir a querer comerse el mundo, de súper langa o... No. Tampoco uno súper retraído o tímido que lo sobrepase nuestra seguridad.
Paso el tiempo, abrimos el vino que quedaba y, siendo ya como las 8 de la noche, después de un suspiro intenso de mi parte y tras mirarla fijo a los ojos pregunté:

-"Y? Como estamos?"-

Ambos exclamaron entusiasmo y se los notaba interesados entre ellos.

-"Vení bolu"- le dije yo. "Sentate acá con nosotros. Te parece Carito?"- .
Y todo detonó.
Él tenía una camisa floreada muy Miami Beach, unos bermudas a tono y ya sin zapatos, ya que los habíamos dejado en la puerta.
Yo, una chomba lisa, color mostaza y una bermuda azul.
Igual, la ropa puesta duró lo que un suspiro. En cuanto se sentó al lado suyo le preguntó si podía besarla y ella aceptó encantada. Primero suave, lento, pero intenso. Recuerdo una mano suya apoyada en mi rodilla, como sin dejarme de lado y al mismo tiempo teniendo el elemento seguridad al lado.
Se dio vuelta y comenzó a besarme a mí, mientras el acariciaba su falda. Me arrodille sobre el sillón mirando hacia ella y la hice besarlo de nuevo, Amé verla excitada. Caliente. Con el corazón que se le salía del pecho. Mientras ellos se besaban ya apasionadamente yo la recorrí con mis manos y labios toso lo que pude.
Voló de repente la camisa floreada y también me quitó mi chomba. Las manos danzaban por debajo de su musculosa sintiendo sus pequeños pechos de endurecidos pezones. Su espalda también quedó al descubierto y la veneré lo mejor que pude. Me encantan las espaldas bellas.

-"Vamos al cuarto?"-. Dijo.

Agarramos las copas, tomamos aire y un poco de vino y nos llevó de la mano como a dos niños entusiasmados. O como a dos perritos, ja. No sé. Estábamos a su merced, y ella a la nuestra.
Yo la acosté boca abajo perpendicular a la cama y retire su pollera exponiendo su espléndido trasero sumergiéndome en el con mi lengua y boca y labios y.... Creo que la bombacha se la arranqué con los dientes y, no, no estoy exagerando.
Ella, así acostada boca abajo lo puso a el de frente a ella y bajando lentamente su bermuda, lo miro a los ojos y comenzó a acariciarle su sexo por sobre el slip azul que tenía. Una bomba esa pi.... perdón, pequeño exabrupto. Una bomba lo que había atrás de ese calzoncillo. Lo agarró con su mano izquierda y casi al mismo tiempo que le quito la ropa interior ya estaba saboreándolo mirándolo y mirándome a los ojos. Sabía que verla me estaba volviendo loco. Y sabía que a Nahuel, lo estaba desinflando como globo pinchado. No sé cómo se mantenía en pie. Yo, desde atrás, posición algo incomoda, quise hacer lo propio pero desde ahí, duré poco. Era más morbo que lo que ella podía estar sintiendo, así que primero intentó sacar cola para ver si yo entraba por ahí atrás, pero luego me hizo un gesto y me llamo. Quería saborearnos a ambos juntos. Me puse al lado de Nahuel y en 2 segundos estaba también desnudo y con ambos en su boca. Si, al mismo tiempo. No sé cuánto duro esa escena pero recuerdo tocarle la vulva y la tenía derretida. Tanto como él y yo estábamos de excitados. Si, directamente proporcional.
Después de un rato tomamos un poco el control, la dimos vuelta y, ahora sí, boca arriba me dedique chupar y chupar como dios manda hasta verle las piernitas temblar.
El tiempo pasó, jugamos, cojimos, él acabo y lo mandamos a comprar otro vino. Nosotros seguimos, a mí me gusta tratar de aguantar. Si hubiéramos acabado ambos, probablemente todo hubiera concluido ahí nomas.
Cuando volvió, y para encender todo de nuevo, le hicimos un masaje a ella. Aceitito, todo. Nada improvisado, eh!
Entrar en detalles explícitos, más de los que entré, le quitaría lo intenso de todo lo contado y la posibilidad de imaginárselo. Lo que sí puedo contar, es que la noche fue larga, que me resulto delicioso hacerle oral mientras el la penetraba (algo que lo que habíamos pensado como que puede ser muy fuerte de sentir) y que verla montarlo hasta cuasi desmayarse arriba de él fue mágico. Luego, claro, se podría decir que se hizo casi todo lo que se podía hacer de a tres en un trío heterosexual. Ja, si llegaba a ser tío bi, nos íbamos el lunes.
Así, en algún momento nos quedamos dormidos pero la cosa continuó el domingo hasta la tarde. Momento en que yo me tenía que ir a la cancha y él, no recuerdo. Pero también debía irse.
En la puerta, y ya sin él, le di un beso largo e intenso y me dijo:

-"Sabes qué? me voy a fumar uno, y si no me duermo como un angelito, me voy a tocar pensando en Uds."-.

Jajaja. Mi amiga, Lástima que no le gusta escribir como a mí. Porque leer esto desde su punto de vista puede ser un elixir de los relatos. Cuando hablábamos siempre nos acordábamos de eso, y lo bien que la pasamos los tres.
Creo que ahora vive en Europa, le perdí el rastro. Pero que delicia compartida. Será secreto de su memoria o anécdota contada de sus picardías de juventud? las contará en francés? Español? Alemán o portugués? Qué se yo. Solo sé que desde ese día puede contar que Ella quería un trío. Y lo tuvo.

miércoles, 7 de agosto de 2024

Cuarteto del roce


Noche de verano, tugurio palermitano bailable a pura cumbia, salsa, merengue y latinos varios. Mi amiga y yo bailábamos un tanto manchados de alcoholes, pero quien no? Si el clima invitaba. Ambos amamos bailar y disfrutar de la música. Rozar otros cuerpos y compartir miradas. La noche avanzaba y su pollera ampliaba volumen por la inercia de tanto giro y voltereta. Mi camisa blanca, desabrochada y desalineada ya no respetaba estética.Ambos habíamos pasado por más de 4 o 5 bailarines y bailarinas ocasionales, algún pisotón a carcajadas y hasta algún codazo accidental cuando la altura del giro era mal calculado. Pero, promediando la noche, cualquier accidente no era motivo de enojo sino más bien de risa y burla bien intencionada.
Con el correr de los minutos y los tragos, ella se enfocó en el baile con un rubio alto y flaco que contrastaba con su deliciosa piel canela.
Esto provocó que me quede bailando sólo, algo que no me molesta. Cerrar los ojos y dejarme llevar entre un mar de personas con ansias de divertirse y pasarla bien es uno de esos placeres que te regala la vida, si sabes apreciarlos. Recuerdo un tema de “Banda XXI” que nos excitó a todos y a todas. En el buen sentido. Algún grito de un grupo femenino que superó el alto volumen de la música demostró la algarabía de la gente y mi amiga volvió corriendo a bailar conmigo. Las manos tomadas, la cintura de ella para un lado y la mía para el otro dieron comienzo a una hermosa y peculiar situación.
Atrás mío, cobró protagonismo una mujer que no dejó de sorprenderme desde ese momento y hasta cruzar la puerta de salida. Su cola rozaba y frotaba contra la mía. Cada giro en que quedaba de frente a ella, la veía mirándome. Y si la veía, es porque yo también la miraba. No?
Ese roce, de una de mis zonas 3rógenas más sensibles, fue despertando en mí la curiosidad. Lo hacía adrede? Debía hacer una interpretación de ese roce fortuito? Y si creo una cosa pero es otra?
Pasaron un par de temas de la misma tónica (recuerdo JARABE DE PALO, MARK ANTONY, ELVIS CRESPO, RODRIGO, algún reggaetón) y el roce cambio a choque. Tanto que podía sentir su piel en la mía. Ah claro, faltó contar que además de una camisa yo llevaba un pantalón color crema muy delgado. Como de vestir veraniego. Y ella?
Sinceramente no era mi tipo. Me gustan más las morochas, y ella era tirando a rubia. Prefiero tez morena y su piel parecía de porcelana blanca. Me atraen mas los senos pequeños a medianos, y ella poseía unos atributos desmesurados. Pero tenía una sonrisa, unas curvas, unas piernas increibles adornadas alla abajo con unos zapatos de taco aguja que ni idea como se mantenía en pie…!!!
Tenía una carita tan deliciosamente hermosa que nada detuvo la atracción. Me miraba y sonreía con sus dientes blancos de comisura a comisura y de nuevo se ponía de espaldas. Yo giraba y ella posaba sus pomposos cachetes sobre los míos.
Mi amiga lo notó. Tanto lo notó que se fue a comprar una cerveza y me dejó sólo ahí, chocando glúteos con esta hermosa, intrépida y atrevida mujer.
Volví a girar, me puse de frente, ella dejó de mirar a sus amigas y nos quedamos cara a cara bailando, observándonos, seduciéndonos. Y qué linda es una mujer cuando seduce!!! No sé de mí, no sé cómo seré seduciendo ni si asumo una actitud que no logro percibir. Solo sé que en algún momento mandamos todo al Congo y nuestras manos por fin se unieron. La tome de la cintura, sentí su piel, ella la mía y en cada giro me acariciaba la cadera. Y en cada giro, acariciaba la suya. Y cada vez que me daba la espalda, me derretía. y cada vez que yo giraba, sentía su mirada lasciva clavada en mí tambien.

La noche, lo que quedaba, transcurrió entre besos y mordiscones de labios y mucha piel con piel invadiendo la escena. El baile lo llevó ella. Con lo que me cuesta seguir, la seguí. Admito que un poco me avasalló tanta decisión. Rozarme con la cola, empujarme, mirarme, seducirme, bailar. Pero bueno, también me resultó llamativo y atractivo a la vez.
El beso fue mutuo. En algún momento y por decantación simplemente ocurrió. Labios carnosos, lengua invasiva, pero bien invasiva. No llegaba a ser demasiado pero nunca fue poco. Puedo recordar que su pelo largo se pegaba contra su espalda transpirada y su frente y que a mí me caía una gota de sudor por las mejillas. Podía sentir esa molestia entre tanto placer.
Llegó un momento en que ya perdí a mi amiga, no supe más donde estaba. Aunque ella sabía dónde estaba yo.
El alcohol, su decisión, el ritmo del baile, y la respiración agitada nos fueron llevando a un costado de la zona bailable, justo debajo de una escalera que llevaba al VIP. Nada importó. Nos besamos, nos matamos contra la pared al punto que las manos se metieron por no sé dónde y los gemidos solo se taparon por el sonido ambiente. Sino, hubiéramos sufrido la aplicación del derecho de admisión sin lugar a dudas.
Algunas personas nos miraban, ella me decía, que no importaba, y Bueh. Lentamente, no tanto,comenzó el roce de otras partes que hasta ahora no habían cobrado presencia en la escena. Ella, sin pensarlo ni preguntar, bajó el cierre de mi pantalón y poco disimuladamente tomo mi se×o y lo froto un tanto atolondradamente. Mi cara de sorprendido debe haber sido alevosa, porque un poco se detuvo, pero tras mirar a mi alrededor y ver que nadie nos veía (o eso quise creer), la deje seguir. Yo no la iba a juzgar, si a esa altura y dadas las circunstancias, que podemos pedir? sobriedad? compostura? Al fin de cuentas para llegar ahí, éramos cómplices.
Besé, lamí, chupe contra la negra pared su cuello, su boca, sus pechos hasta donde se podía sin dejarla expuesta y una mano mía también hizo lo propio con ella y comenzo a acariciarla por demás. Pecado de juventud? No lo sé. Pero ninguno de los dos atinó a frenar tal audaz situación.
No hubo protección, recuerdo, tampoco penetración, pero corrí su corta falda, hice a un lado la diminuta tela que separaba las pieles de nuestros se×os y comenzamos un frote de ensueño. Besos van, besos vienen, sus manos tomaron mis glúteos sin importar más nada y me empujaron hacia ella. Podía sentir sin ver cada pedacito de piel de su ardiente vulv4.
-“No entres”- me dijo como súplica sollozante al oído.
-“pero no pares!!!”- prosiguió su pedido.
No creo que eso haya durado mucho, veníamos de roces y besos y caricias y manoseos en plena pista, la excitación al llegar bajo la escalera ya era total por lo que lo que ocurrió allí abajo duró lo que tenía que durar. Mágico, si, pero si hubiera habido una cama....
Sus amigas pasaron justo y nos vieron. Sus risas al verla a pleno conmigo me intimidaron un poco pero lo único que podía detener ese momento hubiera sido un musculoso vestido de negro que nos pida gentilmente que nos retiremos del local. Nada de eso pasó, las amigas siguieron de largo, mi amiga hacía lo propio con el rubio alto y nosotros terminamos con las piernitas flojas tapándonos la boca para que nuestro sonido final no sobrepasara a la música.
Fue todo roce, todo fricción, mi gl4nde empapado entre sus labios a punto ebullición dejo el movimiento cuando a ella la vi casi lagrimear. No sé si fue el alcohol, si ella suele llorar cuando 0rgasmea, no lo sé y nunca lo sabré. Yo no había eyaculado, estuve ahí muy cerca y lo evité por el posible encastre y porque aseguro que todo ese momento fue un enorme y extenso 0rgasmo. Ella me preguntó por eso, y yo le dije que no se preocupara. Nos arreglamos las ropas, salimos de ahí abajo con carita de feliz cumpleaños y nos pasamos los teléfonos con la.esperanza de volver a vernos. En esa época, wasap no existía.
Nos llamamos, ella no podía un día, yo no pude al otro. Pasó el tiempo y sólo tuvimos algunas charlas hot. Luego me puse en pareja y cuando corté la volví a llamar pero ella ya estaba también con una historia y… cosas que pasan. No?
Pero, como canta Rodrigo Bueno, "Cómo olvidarla"?

miércoles, 26 de junio de 2024

PRIMER CONTACTO


 La espalda, de una tez no muy blanca pero tampoco morocha, era totalmente lampiña. Apenas comenzaban un par de pelitos recién en el inicio de la línea de su cola.

El aceite brillaba en su piel y el deslizamiento de mis manos era completamente limpio. Una piel increíble.

La desnudez de ambos, uno acostado y el otro danzando un masaje a su alrededor, erotizaba el ambiente. Del hornillo emanaba aroma Sándalo. De un  aceite, olor a Melisa y Eucalipto. De un lado de la camilla,tres velas grandes dentro de unos vasos con formas extrañas iluminaban una pared con figuras oscilantes por el viento caliente del aire acondicionado. Del otro lado, y bien cerca mío, otro hornillo solo tenía agua con un aceite dentro, calentándolo para usarlo luego sobre su cuerpo jugando con el contraste de temperaturas entre el aceite frío y este que ahora les cuento. Cada tanto, me llenaba las manos del aceite frío con movimientos lentos pero profundos sobre su cuerpo. Más tarde, sin usar las manos, dejaba caer el aceite bien caliente y podía verlo arquearse cuando el mismo recorría su línea media hasta perderse en su entre pierna.

Sin prendas que limiten nuestro espacio, y ante la unión de nuestras respiraciones y el contacto demasiado cercano de nuestras pieles, podía sentir mi miembro semi turgente que rozaba alguna parte de su cuerpo. Pero lo que me ponía, era cuando ese roce se daba en sus brazos o cerca de sus dedos. Ya que automáticamente se volvían garras que buscaban aferrarse a sus deseos. A esas fantasías que, aunque no me las había contado, podía presentirlas. Y estaba a escasos centímetros de poder cumplir, no se cual, pero al menos alguna de ellas.

La música acompañaba el patinar de mis manos y mi cuerpo al costado de la camilla no hacía más que danzar mientras mis labios entonaban esas ya conocidas melodías para mí.

Recuerdo jugar con su cola, con su espalda, pasarle cerca de su cabeza con mi miembro erecto y sentir su cabeza buscando besarme: fue sumamente excitante jugar con eso. Y sus deseos eran contagiosos.

-"Despacito, tomate tu tiempo, y date vuelta por favor"- le dije susurrándole al oído.

Sin prisa y sin pausa y con la voz temblorosa pero sonriente me dijo:

-dame un segundo"-

Y, acomodándose, giro para ponerse boca arriba con su fal0 erguido como mástil  de barco.

A esta altura, admito, ya estaba tan excitado como él, solo que sin vergüenzas.



Para bajarlo un poco, lo lleve de nuevo a una respiración calma y profunda. Acaricie su pecho, desde su cabeza, como llevando mis manos desde el pecho hasta su abdomen conmigo parado del lado del cabezal. Claro, era mi miembro el que ahora estaba demasiado cerca suyo y lo tranquilo de la respiración duró lo que un suspiro. Fue así que decidí tapar sus ojos y realizar el resto del masaje con una bolsita de semillas de lino bloqueando su visión.

-"Olvidate de ver"- Le dije. -"Sentí!"-.

La danza continuó por sus pies, sus piernas, sus muslos, la parte interna de sus muslos, allí bien cerca de su sexo pero sin tocarlo. Cada tanto un roce, casi involuntario. Pero nada más. Subí por su abdomen, su pecho y su cuello.

Los minutos pasaban y pasaban y faltando poco para el final tomé una decisión que creo ni él se esperaba. Supongo que esperaba le haga una masturbación. O algo que lo haga explotar esos litros de fantasías acumuladas. Pero no. Me subí a la camilla, levante sus piernas y puse las mías por debajo. Y así con ambos miembros erectos pegados uno con el otro, tome sus brazos y tirando de él lo levante hasta quedar frente a frente. Así, pegados, corazón a corazón, lo abrace y lo contuve y lo sostuve apretados ambos al punto de que solo el roce de nuestros cuerpos se podía sentir como una penetración que nunca ocurrió. Los cuerpos vibraban  incontrolables hasta que nuestros labios, frente a frente, se unieron en un beso intenso de apenas unos minutos, o una eternidad.



No quise avasallar tanto deseo suyo siendo una primera vez de contacto con un varón. Ni que sea algo tan vacío que terminara en un simple "final feliz". No. Fueron 10/ 15 minutos de abrazos y mimos. De manos acariciando la espalda del otro sin esperar más que eso. Hasta que, cuando las agujas llegaron a destino, solo atine a apoyar mi mano izquierda, la de mi corazón, sobre el suyo. Y, él hizo lo propio sobre el mío. Las respiraciones fueron bajando, la excitación mermando y un último abrazo apretado ocurrió, con un simple y gigante: 

-“GRACIAS”-.

lunes, 13 de mayo de 2024

LA PREVIA


Desde el momento en que necesitamos ponerle nombres, como definiciones, como separando en términos un entero, es que algo, siento (o creo), estamos haciendo mal.

La previa, el after care, el acto sexual en sí, la penetración, el juego, la seducción, etc. Tenemos en la cabeza que ese hermoso tiempo que nos toma el acto en un encuentro sexual dura aproximadamente 15 minutos, sino menos. Como que eso sólo es el sexo y la previa es un momento aparte antes de. Y la relajación o resolución o ese momento posterior también es ajeno porque lo “más importante” ya pasó.

Por qué esa necesidad separar el maravilloso encuentro que si nos ponemos a pensar en su totalidad es mucho más extenso y más agradable que andar pensando en esas etapas como pequeños rastris que si querés los engarzas y sino, no importa. Acaso se puede saltear alguna etapa de estas? Es biológicamente posible saltearse una? Bueno, de hecho sí. Y si es ocasional, no pasa nada. Pero por lo visto es más tendencia saltearse ciclos o etapas que dedicarnos a disfrutar y hacer disfrutar de cada una de ella. Claro, para el varón es un poco más fácil pero aun así, empobrece exageradamente el encuentro. Y tampoco es tan real porque sin excitación y aún con erección, que puede ocurrir cuasi mecánicamente, es probable que el varón se esté perdiendo el placer de orgasmear y sólo lograr una eyaculación que no es ni la mitad de placentera y/o gratificante.

Y no es que la mujer no pueda tampoco, es que, probablemente, aun sin “previa”, sea que te tenga muchas ganas y llegue a la excitación por sus propios medios, aunque no te tomes la molesta de amarla debidamente (seas varón o mujer eh!)




Desarrollo esta teoría que se me cruza a mí por la cabeza.

Si consideramos que, desde la sexología, el periquete completo para un encuentro o incluso la masturbación consta de 5 ciclos:

1-Deseo

2-Exitación

3-Meseta

4-orgasmo y

5-Resolución/relajación

Y si consideramos que el orgasmo es el más corto de todos

Adónde ubicamos cada una de las definiciones anteriores?

Acaso previa es EXCITACIÓN sin ser MESETA?

Acaso no pueden haber orgasmos durante una previa? acaso el after care no puede volver a excitarnos y volverse una nueva previa? y en qué momento se pasa de una a otra instancia?

Porque se supone que la previa puede durar horas e incluir la cena romántica en el resto de turno, las miradas, el comer de la cuchara del otre esa crema sugestiva que te queda un poco en el labio y te la limpian de un beso apasionado, el ruido de los tacos apurados por el pasillo del edificio o el sonido metálico de algún cinturón desabrochándose y hasta el quitarse la ropa lentamente y llegar apuradísimos a la cama. Ahí se acabó la previa? No continúa acaso con esos abrazos piel a piel manoseándonos de punta a punta con nuestr@ compañer@?

No continúa cuando mirando a los ojos le regalamos, y nos regalamos el dulce sabor y también el morbo de comerle a besos y lamidas sus genitales hinchados de ganas y llenos de jugos que preparan la zona para, de ocurrir, por fin llegar al momento de la penetración? Acaso sino hay penetración, no hay sexo?

O sea que entre dos mujeres, sin juguetes ni artilugios penetrativos, no hay sexo? Acaso una relación sexual entre dos lesbianas es una previa eterna?

Y entre dos varones, vamos a los bifes de una entonces porque no necesitamos tanto de la "previa"?





La previa! Que burrada!

Una cosa es que un día de apuro una pareja elija prescindir de la etapa de la excitación para intentar ir directo a la meseta/orgasmo. Quizás mediante una penetración en algún lugar público, a escondidas, o una mañana antes de salir al trabajo, o quizás solo porque tienen 15 minutos antes de que vuelvan los chicos de la escuela.

Y otra es que por el apuro digamos que cojimos rapidito sin hacer ninguna previa. Burrada, repito. Entiendo que esa pareja ya formada y con sus códigos y formas puede acortar los ciclos con solo mirarse y llegar a disfrutar de ese corto instante y que, quizás, la mal llamada previa consistió en la planificación de ese rapidín. En la charla anterior en la que se generó el deseo y la excitación de un solo plumazo.

Es muy difícil tener un buen encuentro sexual (placentero, equitativo y sin egoísmos) salteándose alguno de estos ciclos. Claro, puede ser que el varón penetre y eyacule pero te diría que probablemente él no haya llegado al 0rgasmo. Ni hablar ella qué, además, sin excitarse no se moja y duele o molesta y por ende necesita de más tiempo para orgasmear. Esto no quiere decir que no pueda haber orgasmos eh, hay parejas que se respiran y están calientes y se rozan y están al borde del orgasmo pero…

Y dije orgasmo como 4 veces en una oración por lo que hago un paréntesis: Es algo de lo que también se puede prescindir. Porque si ponemos a ese éxtasis como único objetivo, también le estamos pifiando.

Justamente en la decisión de un rapidín, puede que uno llegue a ese mágico momento, como puede que lleguen ambos, o quizás ninguno. También puede pasar, como no, en un encuentro largo y tendido en el que ambos se entregan al placer de los mimos, las caricias y los besos. Y eso también es un bellísimo encuentro sexual. Sin genitalizar el mismo, o bien haciendolo, pero lo es.

Por ende, La previa no existe. Es parte de un combo delicioso donde, si romantizamos, ocurren un montón de cosas y situaciones que nos llevan a la unión espiritual, física y emocional con otra persona.

Y sino lo romantizamos, pero somos empáticos, respetuosos pero no timoratos, nos dejamos llevar por nuestras fantasías y deseos dentro de un marco de consenso y consentimiento, donde prestamos atención a las reacciones del cuerpo de nuestro partenaire de turno y del nuestro, donde también aprendemos a ser pacientes para poder disfrutar del tiempo que dedicamos y nos dedican sin culpas ni vergüenzas (un ideal), donde aprendemos a jugar si juzgar (nos) con nuestra mente y también con la ajena, donde al terminar el encuentro sea durmiendo, abrazados, charlando, fumando un pucho o comiendo un flan con crema (otra vez arrancamos con la crema, jajá) nos seguimos dedicando un momento, largo o corto, entre quienes hayan tenido dicho momento juntos, también lograremos la unión espiritual, física y emocional por más ocasional que sea el mencionado traqueteo.




El sexo requiere de tiempo y dedicación, queridos todos y todas. No importa si nos conocimos recién en una charla de bar, si estamos enamorados y apasionados como pareja nueva o si somos una pareja estable. Nada debería detenernos para tomarnos nuestro tiempo en adular, hacer sentir bien y amado o amada a la otra persona. Si no te vas a tomar ese tiempo, no empieces algo solo por vos y tus ganas. Eso se llama egoísmo, narcisismo puro. y desde ese lugar es que empezamos a necesitar ponerle nombrecitos a momentos de un glorioso acto que si lo limitamos y acortamos y simplificamos, pasa a ser algo meramente carnal, un descargo, una necesidad de satisfacer nuestros propios deseos más allá del otro/a. y, ahí, perdimos todos y todas. Y las posibilidades de que la magia se produzca, se reducen cada vez más. Para que sólo sean vacíos instantes de algo de placer.



La previa? Puf

Es como decir que cojer y hacer el amor no son la misma cosa. Acaso no podes cojer y ser cojida/o cuando haces el amor y viceversa?

Bueh, pero eso ya es parte de otro debate. Que, como sabrán, cada tanto expongo en mis relatos.


sábado, 4 de mayo de 2024

LA LLAMADA




Ellas reían, ellos cantaban. Ellas bailaban, ellos preparaban los tragos.

O que se yo, capaz era al revés.
Una noche de febrero del año 2007 nos encontró en el barrio de caballito al grupo de murgueros de la murga en que bailaba, disfrutando, después de varias fantásticas actuaciones, de unas buenas bebidas y fumando cigarrillos mágicos. Polleras cortas, ombligos al aire, shorts deportivos y torsos desnudos semi transpirados eran el cuadro de un ebrio festejo de carnaval.
No sé si es la época, la poca ropa, el significado mismo del carnaval revoloteando por el aire o simplemente el verano, pero la tensión sexual siempre se siente un poco entre los murgueros. Aunque luego solo quede en cantos y bailes abarrotados de picardía.
En eso, suena mi celular y atiende un amigo, ya que yo no lo tenía a mano. Y me lo pasa diciendo: -"Negro, atendé, te llama una mujer"-.
La exclamación grupal al grito de -"aaaaaahhhhhhhh!!!"-, con sorna, un poco de gaste y mucha sugerencia, me hicieron poner colorado aún sin saber quién llamaba.
Mi madre a esa hora no llama a menos que se derrumbe el edificio.
Novia, pareja o amante no tenía, como para que pasadas las 2 am alguien me esté reclamando.

-"Hola"-. Dije. -"Quién es?"-.

Y la magia del carnaval se hizo presente. Ella, compañera de un curso de masajes de una escuela de un nivel muy inferior al que luego acudí y con el que hoy me gano la vida, me estaba invitando a su casa, a esa hora de la madrugada sin que nunca antes hubiera ocurrido nada entre nosotros más que alguna insinuación.

Resulta que habíamos trabajado juntos, yo le había hecho masajes a ella, ella a mí, y la química había sido total. Sí, química de masajes, no de otra cosa. Pero total. Yo estaba dando mis primeros pasos en la materia y, conociéndome, intentaba a toda costa dejar de lado mis pulsiones eróticas para poder ser lo más profesional posible. Viste que la gente tiende a juzgarte sin conocerte y si uno se muestra como una persona erótica, no se arriesga a tomarse un masaje por miedo a que le mandes mano de maneras libidinosas y, sobre todo, deshonestas. Eso me tenía en un limbo entre la culpa por ser quien soy, un ser sexual y erótico, y el miedo al prejuicio y no poder trabajar con algo que me estaba gustando y mucho.

Fue así que tras habernos hecho tal masaje, ella me dijo:

-"Vos tenés que ir a.... "-. Tal escuela.

-"tenés una energía, una forma de tocar, que no es para esta escuela que es tan ortodoxa con todo vestido de blanco, el ambo y toda la parafernalia. A mí me superó un poco, no le temen a la desnudez y están muy relajados con lo que pueda pasar con el despertar del erotismo. Pero a vos te veo ideal para ir a este lugar. Ojo, aun así te enseñan a ser súper profesionales. Trabajan con la respiración, la energía, son muy grosos y claros"-.

Esa fue nuestra primera charla y la que marcó lo que luego voy a contar y que estaba ocurriendo con esta simple llamada.

-"Como estas?"-. Me dijo. -"Te acordás que alguna vez quedamos en que vengas a casa? hacer algún intercambio de masajes y charlar?"-.

-"Si"- Le dije yo, escuchando con cara de sorprendido y algo de público expectante.

-"Bueno, estoy sola en casa. No sé si van a venir unas amigas y amigos y pasarla bien bailando y cantando y luego se van y te podes quedar. Te gustaría venir ahora?"-



Lo primero que atiné a hacer fue sorprenderme. No iba a dejar a mis compañeros en una reunión de amigos, por ir a una reunión de amigos ajena. No terminaba de entender, o no quería creer una cosa, moverme hasta allá y que después no resulte ser aquello que uno medianamente podía llegar a sospechar que encubría dicha invitación. Y sí la invitación era realmente a que luego ocurra algo más? Y si no lo era? Y si mi mente me engatusaba?

-"Mirá, yo ya estoy en una reunión con amigos y amigas. Además estamos tomando algo, ya estoy alegre... para ser sincero también estábamos fumando fasito. No se sí estoy en las mejores condiciones para caer a tu casa, con gente desconocida, etc. no? Adonde es esto? donde vivís?"-

Creo que esa última respuesta/pregunta desato el nudo de interrogantes que había en esta charla. Ya que ella me regalo algo que muchos hombres (dicen las mujeres nos aterra, no a mi) imaginamos desear. Una mujer empoderada que cuando desea algo va y lo busca y si puede lo toma. Aunque esto siempre dependa del consenso y la comunicación, no?

-"Esto es Villa Ballester. Pero si te venís, te pago el remis. La verdad no sé si van a venir mis amigues, creo que vamos a estar solos. No sé si me entiendes. No importa como estés, que la gente esté alegre y celebre la vida no me molesta. Podemos tomar algo acá y fumar también y reír y ver qué pasa. Así que si es por la distancia, olvídate, te mando el remis ahora. Vos elegís"-.

Chan. no? ma que chan! Catrina de chanes y sacudime el avispero si queréis.
Tuve que hablarlo con mis amigos, recuerdo. Ella debería rozar los 40 años y un poco más también. Y yo gozaba de mis clavados 27 carnavales. Pocas veces había afrontado un ofrecimiento tan claro de una mujer. Capaz alguna sí, pero que me paguen el remis y me banquen medio en pedo y fumado era como que me puso entre la espada y la pared. La pregunta era clara: Querés o no?
Puse en mute el celu, y charlando con mis compañeros les comento la situación. Si voy, la noche termina perfecta, sino voy, capaz también, con ellos y ellas. Pero tampoco la conozco tanto, y si me droga y vende mis órganos?

-"Hace lo que vos quieres y sientas, Negro"-. Me dijo uno muy jugado en sus consejos.

-"Te vas a ir por un garche?"-. Me dijo otro, no ayudando para nada en mis dudas y más bien un poco forro.

-"Te gusta ella? da para ir? si da, andá, si a nosotros nos ves todos los días"-. Me dijo el que me dijo lo que quería escuchar. Y, con el diario del lunes, el más sensato en su respuesta.



"-Bueno, dale, voy para allá"-. Le contesté ya sin dudas aunque con mucho calor interno y una erección escondida lo más posible mezcla de ganas, nervios, vergüenza y varias otras sensaciones y emociones.

"-Dale, te espero con unas cervecitas heladas. Si tenés algo para fumar, tráelo y fumamos juntos"-. Completó la charla perfecta.
No pasaron 10 minutos que el remis estaba tocando el timbre y a mí me temblaban las piernitas. A esa altura todo el grupo sabía que Adrian se iba a encontrar con la mujer misteriosa que le hizo la mejor de las propuestas.
Yo quedé en avisarles si estaba vivito y coleando, así se podían olvidar de la venta de mis órganos y ellos quedaron en estar atentos a mis mensajes.
30 minutos después, a esa hora las distancias se acortan por el poco tránsito, estaba con el remis llegando a su casa. Como todo caballero, al remisero no le dije nada (Y eso que los remises y taxis para muchos son como el confesionario de turno), siendo que ella tenía que acercarse y abonarle. No quería que el mismo la juzgue, ya que conozco la mirada masculina sobre una mujer que demuestra sus ganas de tener sexo sin tapujos.
Pero mi secreto fue en vano, Ella salió muy campante y sonriente a pagarle y le dijo:

-"Gracias por traérmelo a domicilio, esta noche no se salva"-.

Casi me muero. Jajá. Si quedaba alguna duda del contenido de la invitación, se habían disipado por completo.



Pasamos al living de la mano. Recuerdo algunos sillones puf alrededor de una mesa ratona, las paredes coloridas, en la mesa algunas cositas para picar y una frapera con la Heineken escarchada esperando. Señalando la mesa me dice:

-"Te ibas a perder de esto?"- Y nos reímos.
Tomamos, hablamos, quedamos en que algo había quedado pendiente de ese curso de masajes y me aviso que al final no iba a ir ningún amigo ni amiga e íbamos a estar solos. Algo que, imaginarán: Lo sospeché desde un principio.
No tardo mucho para que entre papa frita y birra nuestros labios se enreden como ovillo de lana mal guardado. Los hielos de la frapera se derritieron sobre sus pechos desnudos mientras de fondo y bajito sonaban algunos clásicos de la Bersuit. Nuestras ropas, tal dos adultos sin vergüenzas, una a una fueron cayendo al piso hasta que ella, en otro acto de lujuria desenfrenada comenzó a regalarme una felación histórica.
Todavía de noche, me encontraba despatarrado sobre un puf naranja viendo a los ojos a una mujer divina que me miraba a boca llena y apasionada por lo que hacía. Creo que no estaba ni tan en pedo ni tan fumado al fin de cuentas o el viaje y las ganas me despabilaron por completo.

-"Esperá"- sonó mi voz tembleque. -"No quiero acabar aún, creo que esta invitación era para que ambos la pasemos bien, no?"-.

-"Si, pero creo que no me equivoqué con vos. Sé que no sos así. Por eso te invité"-.

-"Así como?"- Le pregunté yo.

-"Egoísta"-. Me dijo.

Para colmo de todo me trabajaba el ego. Ja. Una genia! No sé si se trataba de egoísmos o no, al final de cuentas a mí me gusta estirar las cosas. Disfrutarlas más. No iba a ir hasta Villa Ballester para terminar a los 20 minutos. La verdad en ese sentido se notó la diferencia de edad. En la charla previa me había comentado que se iba a vivir a Alemania y que no quería irse sin verme. Todo fríamente calculado. Admito que no me molestó para nada ser el pendejo de su historia.
Así, pasamos al cuarto, donde nos esperaba un colchón en el piso frente a un ventanal hermoso que daba a un patio lleno de verde césped, árboles y flores, con el cielo aclarando lentamente.
Se acostó, y fui sin preguntar a devolver (con lo que me cuesta) el momento de oralidad recibido. Me empape de ella y sus orgasmos, me llene la boca de su placer que contagiaba al mío por inercia. No se cuánto estuvimos disfrutándonos pero sé que el sol comenzó a salir cuando recién empezamos a jugar con eso de unir nuestros sexos. Habíamos pasado horas de charlas, besos, mimos, caricias y mucho oral antes de llegar el momento en que por fin nos sentimos uno adentro del otro. Recuerdo prender el cigarrillo, volvernos a reír a carcajadas y volver a hacer el amor hasta desmayarnos en un éxtasis mutuo y simultaneo que ni la más romántica de las películas podría describir en imágenes.

3 de la tarde. 3 y media para ser preciso me tome el tren que pasó por estaciones como Malaver, San Martin y Migueletes, entre otras, antes de dejarme en mi querida Estación Pacifico, para llegar casi sin dormir a mi depto de Palermo. Días después, casi subiéndose al avión, me llamó para despedirse, parecíamos dos tortolitos que se iban a seguir viendo, pero no. Aunque no me puedo olvidar una frase suya: -"Yo sabía que entre nosotros había algo que no había que dejar pasar!"-. Cuanta razón tenía, no?

No sé la suya, pero mi sonrisa permaneció imborrable durante más de una semana. Y me recuerdo caminando por Av. Santa fe, riéndome solo.


lunes, 18 de marzo de 2024

Cuando nadie me ve



Una tarde, un día como cualquier otro pero con una salvedad: hoy no están ellas. No estas ni siquiera vos. Mi mente se dirime entre aprovechar la soledad y dormir una siesta, leer lo que debo del libro de Tantra y jugar una PlayStation a ese tan amado pero postergado FIFA23, pero... Ganó la siesta.




Cierro la persiana, me quito la remera y el short y los dejo sobre la silla de la pc y las ojotas al lado de la cama.

Me acuesto, cierro los ojos y dispuesto a hacer lo que me propuse respiro profundo en busca de relajarme. Solo que, mi cuerpo y mi cerebro, no siempre están de acuerdo.

Cambio de planes.

Esperando. Soñando despierto, de repente te imagino. Algún recuerdo que se vuelve palpable y casi sin querer queriendo me encuentro agarrando mí sexo híper tieso que parece ya venía reclamando atención desde antes y yo no me había dado cuenta.

Si, admito que en ese momento te idealizo. Curvas, piel, aromas y sabores son aún más perfectos de lo que ya son. Bueh, quien es perfecto/a, no? Pero me refiero a que cuando es la imaginación la que juega, todo lo que ocurre, ocurre como uno quiere, todo ese momento es para uno mismo y ser egoísta no está mal.

Igual, más que lo físico, idealizo el momento, el encuentro. En esos momentos no me canso, no se me ablanda, no te duele ni me tengo que cuidar de acabar o de estar atento a vos. No es que no me importas o que abandone la empatía y el estar prestando atención a tu placer. Es que simplemente es todo perfecto, como en nuestras mejores noches (que por suerte son casi todas). Cuestión que puedo imaginar todo cual imagen reflejada en la pared por un proyector. O mejor aún porque esto no es una película, es como revivir la realidad más romántica.

                                

Todo eh! Cada detalle pasa por mi cabeza pero potenciado. Puedo sentir una gotita emergiendo de la punta de mi p3n3. Ma qué gotita? un gotón. Percibo el ritmo de nuestras agitadas respiraciones, tu pelo enredado entre los dedos de mi mano y hasta la sábana empapada. Todo, todo lo visualizo, todo casi que lo siento.

El único sonido real del momento es el de mi mano acariciándome y el de mis gemidos. Pero puedo escuchar también los tuyos de memoria y ver tu carita degenerada en las penumbras.

Ja!! No sé en qué momento pasó esto, pero aquí estoy. Con los vellos erizados de tu espalda desnuda desde la nuca hasta donde la cola pega el giro casi tangibles. El aire huele a sexo. Y la escena que imagino, aún más. Te juro que no estoy loco, que tengo los 5 sentidos recibiendo información tan real, pero tan real que, créeme, estás ahí conmigo.

Puedo ver tus ojos mirándome fijo mientras engullís mis gl4ande, pasas tu lengua por todo mi tronco y sujetas con firmeza mis testíkul0s. Puedo sentir un dedo atrevido metiéndose empapado entre mis glúte0s en busca de mi cola.

En ese momento mi mano derecha acelera el ritmo como lo haces vos cuando chupas y chupas caliente. Como cuando dos cables uno rojo y otro azul se tocan sin querer y no hay disyuntor que corte esa energía y saltan chispas para todos lados.

Puedo ver cómo te tocas vos también mientras se nota en tu cara las ganas de regalarme esa f3lación extrema pero, mi imaginación no se conforma con solamente eso y como por arte de magia aparece un juguete vibrador que tenemos y que pienso usar para volverte loca. No, no pares. Seguí haciéndome el amor con tu boca pero déjame también hacerlo a mí.
                                   

Así, con tus piernas abrazando mis orejas, tu vulv4 apretada contra mi cara y el pícaro juguete cobrando vida propia dentro tuyo, nos damos amor oral en simultáneo retorciéndonos de placer. Tengo tu sabor mezclado en mi saliva y tu cuerpo pegado sobre el mío. No puedo más, tus manos hacen magia en mis fantasías como lo hacen en la realidad y es mi mano quien lo interpreta a la perfección. Si me ves de afuera, estoy sólo en la cama, con el bóxer a la altura de las rodillas y mis manos se abusan de todo mí ser al son de ese particular ritmo parecido al golpeteo de un puño contra una mano abierta.

Si te sumergís en esta nebulosa de gozo imaginario, dos amantes forman un YIN YAN multicolor a punto de explotar como volcán en erupción.

Es en este momento en que puse saliva en mi mano y continué amándote, a vos, claro, más a mí también.

Jadeo, gimo, respiro y transpiro mientras el ritmo del golpeteo se acelera. Estoy ahí, cerquita, a segundos de llenarte la boca de mi s3m3n ardiente cuando algo interrumpe la escena. No sé qué fue pero abro un ojo y veo la habitación oscura y el espejo de al lado me devuelve la imagen de mí mismo. Debo confesar que en ese momento me avergüenza un poco mi propia cara de lujuria y placer. Ese es un momento que por lo general sólo podés disfrutar vos. Pero esta vez me vi y, sonriendo, volví a ese mágico 69. Tomo un poquito de aceite, siempre listo en la mesita de luz de un masajista, y me embadurno desde la cabecita hasta los huevos. Me toco, me acaricio, siento desde la panza hasta los muslos lubricados y me caliento aún más. Pero esto es mucho, la sensación física me sumerge en un orgasmo de otro mundo y me transporta de nuevo a vos. Conecto otra vez con la escena tantas veces repetida entre nosotros pero que ahora se da en el marco de la imaginación.

Recorre mi cuerpo y el tuyo, entonces, una cachetada eléctrica que nos sacude y hace temblar a la par como si metiéramos los dedos en el enchufe y, en simultaneo, puedo saborear un chorro vos en mis labios y mi lengua casi como el regalo perfecto que me pudiste dar en este mundo paralelo. Tu miel, espesa, caliente y dulce se tradujo inevitablemente en verte tragando y tragando hasta la última gota de mí, al menos en esa imaginaria escena. Y, dentro de esta solitaria habitación, en la expulsión de un chorro blanco y espeso de líquido cuyo primer envión llego hasta la almohada al lado de mí cara y consecutivamente el resto invadió mi abdomen e inundó mi ombligo de un incontenible alarido de pasión en soledad.

- "Ahhhhhhhhhhhh, Ahhhhh, uuuhhhh"-

Qué placer poder gritar un orgasmo asíiii!!! Sin nadie que pueda oírlo ni juzgarlo. Sin nadie que se entere de ese glorioso momento de auto amor que, hasta en la imaginación, sólo vos podes darme.

Bueno, y yo!

Cuando nadie me ve.











El Taller de Tantra


Recuerdo una de esas primeras veces en un taller de Tantra. Hay diferentes corrientes. Esta la corriente Clásica, con la que vengo trabajando hace tanto tiempo. Y tambien está la version del Neo Tantra, en mi experiencia más adaptado a la visión de occidente. Ninguna de las dos corrientes reniega del encuentro se×ual cómo lo vivimos aca, pero me da la impresion que en el tantra clásico es más una consecuencia que algo a lo que se va o un destino. En el clásico es más todo el camino a recorrer, la idea de los tiempos laxos, la sacralizacion del encuentro. 

No digo que en el tantra que se cobija bajo las ideas y formas de un tal Osho deje de lado lo sagrado del ritual, o acorte los tiempos. Pero ha sabido encontrar la forma de genitalizar un poco más. Al fin de cuentas, a todos nos gusta esa se×ualidad devenida del cine XXX. Es como que luchamos contra ella porque es vacía, compite, es narcisista y machista. Pero tiene en algun punto algo de placentera. Por el contrario, en el Tantra clásico, el verdadero, el milenario, es todo el ritual lo que importa. La respiración consciente, la forma de tocar, la autoexploración para luego exteriorizar en el contacto con un otre. La genitalización pasa a un segundo o tercer plano. Cuasi innecesaria. Todo es amor, meditación, el despertar de una consciencia mucho mas profunda o espiritual. Se puede tantrizar horas, de hecho vivir de manera tantrica creo que es el gran y profundo desafío. Y el que, a nosotros los occidentales (más aún a los varones) nos cuesta tanto.
Aún recuerdo uno de esos primeros talleres, imposible olvidar ese abrazo en paños menores de cerca de 20 personas vibrando juntas una misma energía. Literalmente viviendo el momento en unidad. Pero no en unidad entre nosotros, no. En unidad con el cosmos mismo. Con el universo. O como un universo paralelo donde todo era amor sin importar con quien. No se trataba de se×o. Había una clara calentura en el aire. Pero era otra cosa. como si se puedieran visualizar nuestros plexos levitando y formando una nueva galaxia donde todo era armonía, paz y amor. Claro, eso tambien puede calentar mucho, no?

jueves, 7 de marzo de 2024

Los padres y las madres tambien cojemos

 

La noche cayó y el calor es agobiante. Por la ventana del patio no entra una mínima gota de aire y el ventilador parece una estufa.

Agotados, ella llegó del trabajo y él también hizo lo propio. Cortando cuadraditos de carne y pelando papas transcurren entre pegotes de verano y una cervecita helada los minutos de estos dos progenitores de 4 hermosas nenas que no ven la hora de tirarse rendidos a descansar y mirar un poco de tv hasta que los parpados pesen tanto que sin darse cuenta, cuando se cierren, solo se abrirán con el rayito del sol entrando por la ventana.

 


Pero esa noche, como algunas noches (no tantas como quisieran) desde que nació la última de sus hijas, alguno de ellos, esquivando a la pequeña, estira su brazo para acariciar con amor al otro/a. En el medio, inamovible, está ella. La inocente luz de sus vidas estirada entre ambos palitos formando una H mayúscula sobre la cama que evita cualquier tipo de contacto extremo.

Las manos se encienden y queman más que el calor del verano, se cuelan por debajo de la poca ropa que sólo esta para evitar la desnudez en su presencia.

Él acaricia sus pechos, sus labios, su pelo, ella su bajo vientre y enseguida, ante la tenue luz de alguna escena de GAME OF THRONES comienza a manosear su se×o que en cuestión de minutos y pese al malestar por el sudor, comienza a sentir ese deseo infernal de que este manoseo mutuo no termine como tantas veces donde la baby se despierta y los interrumpe.

Ella, sin pensarlo, acciona. Toma el acolchado, lo arroja al suelo y se recuesta como invitándolo. Él ama su intrepidez y decisión y la sigue. NO hay mucho tiempo, pero tampoco ganas de apresurarse. El bóxer cuelga del ventilador, la diminuta tanga transparente se pierde entre las sabanas y, el corpiño, que se yo.

Se besan, se chupan, se huelen, se aman apasionadamente tirados en el piso. Él tapa su boca, ella frunce el ceño, él penetra fuerte, ella grita aunque no se oye. 30, 40 minutos, 1 hora o más sin darse cuenta del tiempo hacen el amor con la tela pegada a la espalda y las rodillas doloridas contra el piso.

 

Cada tanto alzan la vista por sobre el colchón, pispean a la bella durmiente que pese a las altas temperaturas, esta vez, los deja amarse.
Como el tiempo pasa y ninguna interrupción ocurre, se van animando a más. Ella voltea y, boca abajo, comienza a m4sturbars3 entre mordidas de nuca y la intrusión de su miembro erecto entre sus glúteos. Puede sentir las gotas de transpiración que le caen en su espalda y el jadeo caliente de Esteban en su oído. Pero esto aún más la calienta. No poder gritar el placer le da un morbo especial a la secuencia. Las ganas acumuladas de ambos, el saber que son las 3 y media de la mañana y que a las 7.30 hay que estar arriba para ir a trabajar con cara de bien cojid0s y el pelo despeinado, los vuelve locos aunque al otro día lo sufran bastante, ya que además de trabajar, de ser mapadres no se puede zafar por mas sueño que haya.


 
Curiosamente, cuando ella se toca, su vulva explota en contracciones y él tiene que sostener su 3yaculaci0n sino quiere cortar tan buen momento. Ambos vibran, sudan, y se distraen ante cada giro de la niña sobre la cama.
Zás! Se despierta la pequeña demonia (en esos momentos no es más una bella durmiente) y ella pega un salto para evitar que los vea y tapándose como puede se le tira encima haciéndola dormir en menos de lo que canta un gallo.
Él? la espera refunfuñando entre el agua del sudor y el pecho agitado. la espía, la ve desnuda y se ríe con su miembro duro a punto de explotar pero sabe que nada los detendrá y que ambos volverán a amarse sin importar ya más nada.
Una vez dormida, apenas unos minutos después del sobresalto, todo vuelve a comenzar. Ahora ella se sube y galopa cual potra salvaje y enfurecida a su hombre, su compañero, que como siempre la espera a corazón abierto para seguir amándose hasta que el espiral anti mosquitos esté apagado.
Explotan, erupcionan, ella se desploma sobre él y de tanto taparle la boca a ella, él se olvida de la propia y regala un gemido estruendoso que ella sabe disfrutar.
Han de quedarse abrazados unos instantes, para luego ir a la cama y dormir, apenas, unas hermosas dos horitas.

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